Hace una década, el investigador y cardiólogo del Hospital Universitario de Canarias descubrió que las personas que tuvieron un infarto agudo de miocardio sufrían una caída de la cantidad de melatonina en sus organismos. En unos estudios con animales, la ingesta de esta molécula dio buenos resultados, según ha publicado el Diario de Avisos.
Impulsado por el éxito en otros seres vivos, Domínguez probó con humanos y permitió cicatrizar el corazón de las personas en cuatro de cada diez casos, por lo que las posibilidades de recaer caían.
La medicina ha estado 35 tratando de solventar este problema, ya que los que ya sufrieron una vez un infarto de miocardio suelen volver a padecerlo debido al debilitamiento del músculo. Aunque hay tratamientos con otras sustancias, estas no resultan eficaces. Además, la melatonina es una sustancia que genera nuestro cuerpo.
El facultativo español contó con Russel J. Reiter, uno de los mejores expertos de esta sustancia en el mundo. Ambos establecieron varios perfiles de pacientes para mejorar los resultados de la investigación.
Domínguez ya ha obtenido la patente de la melatonina y buscará alguna empresa farmacéutica con la que comercializarla. Los ingresos se reinvertirán para seguir investigando. El médico aseguró al Diario de Avisos que cuando salieron los resultados de su estudio, descorchó una botella de champán.