Las infecciones de meningoencefalitis en dos municipios de Sevilla (Coria del Río y La Puebla del Río) registradas esta semana han vuelto a alertar a la población sobre la existencia de mosquitos invasores provenientes de zonas del mundo alejadas de nuestro país. El mosquito del que más se habla estos días es el Aedes japonicus, comúnmente conocido como mosquito japonés, por su capacidad para transmitir la enfermedad conocida como 'fiebre del Nilo'.
Este mosquito de origen asiático fue detectado por primera vez en Asturias en 2018, según el Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades, y actualmente se ha confirmado su presencia también en Cantabria.
Pero antes que el Aedes japonicus, el mosquito tigre (Aedes albopictus) ya provocó alarma al detectarse en zonas cercanas a la costa mediterránea en los últimos años. El peligro de esta segunda especie radica en que es transmisor ('vector') de enfermedades como el chikungunya, una afección que puede provocar fiebres, dolores articulares y, en personas de edad avanzada, la muerte.
Una de las causas del establecimiento de estos invertebrados en nuestro país es el aumento general de las temperaturas debido al cambio climático. El calor favorece tanto el desarrollo de estos animales como el aumento de su actividad.
Agua y altas temperaturas, esenciales para los mosquitos
Para entender cómo puede haberse producido la llegada del mosquito japonés a España, Fernando L. Simón Martín, catedrático en Parasitología por la Universidad de Salamanca, recuerda el caso del mosquito tigre, que "llegó a Europa a mediados de los años 70 del siglo pasado", según relata a laSexta.com.
El Aedes albopictus fue detectado en territorio europeo por primera vez en Albania, proveniente de Extremo Oriente en barcos de carga que contenían neumáticos para reciclar. Estos restos se llenaban de agua y "creaban las condiciones de humedad y temperatura perfectas para la puesta de huevos", comenta Fernando Simón, que asegura que los mosquitos son "organismos muy adaptables".
Desde su llegada a Albania, el mosquito recorrió la costa mediterránea hasta llegar a nuestro país. Un proceso similar al que podría haber seguido el mosquito japonés, que ya se encuentra establecido en otras zonas de Europa como Alemania, Suiza, Bélgica o Austria.
Pero no basta con que un mosquito llegue a un lugar para convertirse en especie invasora: es necesario que se den "unas condiciones adecuadas" para que se establezca en un área: "Las altas temperaturas ayudan no solo a que los mosquitos se desarrollen más rápido, sino permiten que aumente su actividad de búsqueda de alimento, en este caso, de sangre", confirma el doctor Simón.
Por eso, las zonas húmedas en los territorios más cálidos de nuestro país son perfectas para los mosquitos que llegan de países con clima tropical. Actividades humanas como el riego de parcelas, tiestos y terrazas, o el deterioro del alcantarillado pueden proporcionar el agua suficiente para que los mosquitos se reproduzcan.
Unas condiciones que podrían haberse dado a priori en las localidades de Coria del Río y La Puebla del Río en Sevilla, por su localización a orillas del Guadalquivir. Sin embargo, ¿es una especie invasora la causante de la infección de los últimos días?
El mosquito japonés podría no ser el causante
El Centro Europeo de Control y Prevención de Enfermedades afirma que, al menos hasta ahora, no hay evidencias de que este mosquito esté instalado en Andalucía, donde se ha producido la alarma en los últimos días.
Existen dos posibilidades respecto a cuál ha sido el vector de las infecciones detectadas en los municipios sevillanos de Coria del Río y La Puebla del Río. Una es que haya sido el mosquito japonés, que podría haber llegado desde el norte de la península hasta esa zona, lo que no se puede demostrar aún al no existir evidencias del establecimiento de estos invertebrados en Andalucía.
La otra opción es que la haya transmitido otra especie más común en España: "El Aedes japonicus no es el único transmisor del virus", confirma el catedrático, señalando como posible sospechoso a algún miembro del género Culex. De hecho, la página web de la OMS considera al Culex pipiens, un mosquito común en toda la geografía española, como el mayor transmisor de virus del Nilo Occidental.
"Los mosquitos son, en general, vectores de agentes infecciosos y parasitarios muy diversos, como la malaria, el dengue, el chikungunya, la dirofilariosis… pero estas enfermedades no pueden asociarse exclusivamente a una especie", según Simón, que considera arriesgado afirmar que el mosquito japonés sea el causante de este virus.
Precauciones para evitar picaduras de mosquitos
Hay que tener muy claro que las picaduras de mosquito son inevitables: "Hay que concienciarse de que evitarlas es imposible en áreas muy pobladas por estos insectos", afirma el experto en parasitología, aunque pueden prevenirse si se siguen una serie de recomendaciones.
Para Simón, el uso de mosquiteras en ventanas y camas es el mejor método para evitar la actividad de los mosquitos, aunque recuerda que estas telas "son frágiles y se rompen con facilidad", por lo que hay que realizar "un mantenimiento adecuado de las mismas".
Aparte del uso de insecticidas y repelentes, también es muy recomendable evitar actividades al aire libre en las horas vespertinas y nocturnas en la medida de lo posible, ya que es el momento en que los mosquitos buscan alimento. Seguir estos consejos, reduce las posibilidades de ser picado por un mosquito, pero no las anula.
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