Daniel Kalgren, un ingeniero mecánico que vive en Pensilvania, ha explicado al medio BuzzFeed que estaba rastreando un lago vacío con su detector de metal cuando encontró un iPhone que tenía la apariencia de haber estado bajo el agua durante un largo periodo de tiempo. "Cogí el móvil, lo llevé a casa, lo limpié y lo puse en arroz, solo para ver si funcionaba", explica Kalgren.
El iPhone no funcionaba del todo bien, pero se encendió, lo que permitió que el ingeniero pudiera contactar con su dueño para devolvérselo. Cuando Michael Guntrum, el dueño del móvil, recibió la llamada de Kalgren no se lo podía creer.
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Michael estaba pescando en el lago, que en ese momento estaba helado, cuando perdió su teléfono. Cuenta que se le escapó y en vez de caer encima del hielo, cayó justo en el agujero que habían hecho para pescar, por lo que no lo pudo recuperar. El hecho de que el teléfono sobreviviera tras pasar tanto tiempo bajo el agua se debe a la carcasa que lo cubría.