En el Día Mundial de los océanos, los científicos alertan que en cinco o diez años llegaremos al punto de no retorno para frenar el calentamiento. Y esto se debe a que los océanos están llegando a su límite.

Los océanos funcionan como una especie de paraguas que nos protege del cambio climático. Absorben el 90% del exceso de calor provocado por el calentamiento global y producen entre el 50 y el 85% del oxígeno que se libera a la atmósfera.

"Llegará un momento en el que no podrán absorber más calor y eso significará que las temperaturas van a aumentar más deprisa", explica Carlos Bravo, de 'Ocean Care'.

Porque, al absorber ese calor, los océanos se calientan aún más, lo que provoca que sus aguas pierdan oxígeno y se vuelven más ácidas. Las primeras víctimas de este proceso son los arrecifes de coral, crustáceos y moluscos. Después, el resto de especies estarán condenadas a migrar o a desaparecer.

"Lo que tenemos que hacer es una transición energética para reducir las emisiones de CO2 y evitar el colapso", sugiere Marta Martín Borregó, responsable de océanos de Greenpeace.

El último informe de la Unesco ha detectado unas 500 zonas muertas, donde la vida marina ya ha desaparecido. Y los expertos insisten en un plazo máximo de 10 años para llegar a un punto de no retorno.