La playa de Portman lleva años acumulando residuos inertes procedentes de la indutria minera. Concretamente, la empresa Peñarroya arrojó a la bahía 70 millones de toneladas de deshechos tóxicos durante 35 años, entre ellos plomo, cadmio y zinc.

Estos residuos, que llegan 12 kilómetros mar adentro y hasta a 14 metros de profundidad, pueden ser perjudiciales para la salud, según Pedro Baños, ecologista y vecino de la zona. "Los residuos procedentes de los vertidos pueden pasar directamente a la cadena trófica y generar problemas para la salud".

La presión de Greenpeace consiguió el cierre definitivo de la empresa en 1992 pese a las movilizaciones de los trabajadores. Algo que el expresidente del Comité de Empresa de Peñarroya, Luis Martínez, lamenta profundamente. "No les importaba que nos quedáramos sin trabajo, lo único que querían era cortar los vertidos".

En la actualidad, el mar ha retrocedido 700 metros, un reflejo de las consecuencias que los vertidos han tenido años más tarde. "Portman es el desastre ambiental más importante del mediterráneo español" insiste Pedro.

Ninguno de los tres planes de recuperación presentados por la Administración se ha tramitado todavía. Lo que ha originado que los vecinos, anteriormente enfrentados, se unan por un bien común tras más de 20 años sin soluciones específicas para regenerar la bahía.