En concreto, han descubierto un "interruptor" genético que podría ayudar a prevenir o retrasar los síntomas de la enfermedad de Parkinson. "Estudiar los papeles de genes como ATF4 en las neuronas humanas podría llevar a intervenciones personalizadas que podrían prevenir o retrasar la pérdida neuronal en el Parkinson", afirma el director principal de la investigación, el doctor Miguel Martins, de la Unidad de Toxicología del MRC en la Universidad de Leicester.
En un artículo publicado en la revista 'Cell Death and Differentiation', el equipo detalla que ha encontrado que un gen llamado ATF4 desempeña un papel clave en la enfermedad de Parkinson, actuando como un "interruptor" para los genes que controlan el metabolismo mitocondrial para la salud de las neuronas.
Cuando se reduce la expresión de ATF4 en las moscas, la expresión de estos genes mitocondriales cae, llevando a defectos locomotores dramáticos y mitocondrias disfuncionales en el cerebro. Curiosamente, cuando se sobre-expresaron estos genes mitocondriales en modelos de Parkinson de la mosca de la fruta, la función mitocondrial se reestableció y se evitó la pérdida de neuronas", añade.
Al descubrir las redes de genes que orquestan este proceso, los científicos han señalado nuevos objetivos terapéuticos que podrían prevenir la pérdida de neuronas. Algunas formas de Parkinson son causadas por mutaciones en los genes PINK1 y PARKIN, que son fundamentales en el control de la calidad mitocondrial.
Las moscas de la fruta con mutaciones en estos genes acumulan mitocondrias defectuosas y exhiben cambios similares al Parkinson, incluyendo la pérdida de neuronas. Los investigadores utilizaron moscas con mutaciones en PINK1 y PARKIN para buscar otros genes críticos de Parkinson y utilizando un enfoque de bioinformática hallaron que el gen ATF4 desempeña un papel clave. "Estudiar el papel de estos genes en las neuronas humanas podría llevar a intervenciones personalizadas que podrían prevenir o retrasar una pérdida neuronal en el Parkinson", dice Martins.
Los resultados se basan en recientes investigaciones realizadas por el equipo de la Universidad de Leicester, que hace poco tiempo descubrió varios genes que protegen las neuronas en la enfermedad de Parkinson, creando posibilidades para nuevas opciones de tratamiento. Dos de los genes (PINK1 y PARKIN) afectan a cómo las mitocondrias rompen aminoácidos para generar nucleótidos; el metabolismo de estas moléculas genera la energía que las células necesitan para vivir.