A falta de una semana para que se inicie en Japón la venta de los nuevos modelos de iPhone de Apple, 5S y 5C, un grupo de nipones ya acampa a las puertas de una de sus mayores tiendas en Tokio para ser los primeros en hacerse con ellos.
A la entrada de la tienda de Apple en el lujoso barrio de Ginza, en el centro de la capital, se amontonan sacos de dormir, latas de bebidas energéticas o sillas de acampar, ocupadas por cerca de una quincena de japoneses.
Los primeros de la fila son cuatro japoneses que llevan desde el 10 de septiembre acampados frente a la tienda, justo el mismo día que la empresa californiana desveló sus nuevos productos, el 5S, evolución natural del modelo anterior, y el 5C, definido como una versión "low cost" al contar con una carcasa de plástico.
"Es la tercera vez que vengo a acampar frente a la tienda de Apple. Lo hago porque me apasionan sus productos", detalló el joven Kento Inoge, de 22 años.
Inoge, que compagina sus estudios con trabajos temporales, se hará con los dos nuevos modelos de iPhone: "Uno lo usaré para las llamadas de trabajo y el otro para las personales", añadió.
Más Noticias
- Qué es Bluesky, la alternativa a X ajena al control de Musk que ha sumado dos millones de usuarios en una semana
- Revelan un total de 36 galaxias masivas que forman parte del Universo primitivo, tres de ellas 'monstruos rojos' ultramasivos
- La Fundación FERO entrega 160.000 euros para potenciar la investigación del cáncer colorrectal y de mama
- El libro con el que el CSIC quiere acabar con los 'fakes' y mitos más populares sobre la alimentación
- Científicos logran que dos personas se comuniquen a través del sueño
Estos apasionados de la empresa estadounidense tendrán que soportar aún una semana más de calor, lluvias y a las hordas de transeúntes que discurren por las aceras de esta concurrida calle del afamado distrito comercial tokiota.
Publicado en 'Science'
Desarrollan una técnica que consigue volver transparentes la piel y los tejidos de ratones vivos
Para ello, los investigadores de la Universidad de Stanford han aplicado de manera tópica un colorante alimentario común y ello ha permitido observar sus vasos sanguíneos y el funcionamiento de los órganos y los músculos.