La última lección de Chris Hadfield, comandante canadiense de la tripulación de la Estación Espacial Internacional (ISS), es que en el espacio, mejor no llorar. Las lágrimas se pegan a la cara y por más que uno lo intente nunca se caen. La falta de gravedad hace que se acumulen debajo de los ojos.
En las imágenes Hadfield se aplica algo de agua junto a los ojos para demostrar lo que la gravedad haría en el caso de que alguien llorara dentro de la ISS.
Así, puede verse como el agua se le acumula como una bolsa alrededor de su ojo y que la única forma de solucionar la situación es limpiarse con una toalla.
El canadiense fue también protagonista, hace meses, de un vídeo en el que enseñaba cómo se tenían que lavar las manos los tripulantes de la ISS ante la falta de gravedad o cómo cortarse las uñas.
Publicado en 'Science'
Desarrollan una técnica que consigue volver transparentes la piel y los tejidos de ratones vivos
Para ello, los investigadores de la Universidad de Stanford han aplicado de manera tópica un colorante alimentario común y ello ha permitido observar sus vasos sanguíneos y el funcionamiento de los órganos y los músculos.