Con el paso del tiempo es lógico que en algún momento se noten bajones de salud repentinos manifestados en síntomas como la falta de vitalidad, algo que se siente como si se envejeciese de golpe. Según un estudio científico, la vejez no llega poco a poco, sino de forma repentina en dos momentos clave: a los 40 y a los 60, momentos en los que nuestras moléculas y microorganismos aumentan o disminuyen más rápidamente.

Aunque no todas las personas envejecen por igual, según un nuevo estudio, es a los 40 cuando se nota el primer cambio drástico de envejecimiento en el cuerpo. "Tengo 40 y voy para abajo", manifiesta un ciudadano a preguntas de laSexta. Según la doctora María Cordón, CEO de Blue Healthcare, este cambio se debe a que "estamos en un momento de nuestra carrera profesional con más actividad, con niños pequeños, más estrés".

El segundo cambio drástico se produce a los 60 y, según Cordón, "tiene más que ver con el metabolismo". La doctora explica que un riesgo añadido al envejecimiento es que "a determinadas edades hay más posibilidades de desarrollar unas enfermedades concretas", patologías que suelen ir acordes a los riesgos y estilo de vida que haya llevado cada personas durante su vida.

Aunque con el envejecimiento no sólo llegan las enfermedades, también las dietas se complican: "Tú, en nada que hacías, perdías dos kilos y ahora... nada", asegura otra ciudadana. Asimismo, salir a pasear es un reto. Hay una mala noticia y una buena: por ahora no se puede revertir el envejecimiento, pero sí prolongarlo de forma preventiva y saludable.