"Antes encendía un fuego para hervir el agua y poder beberla, para lavar y cocinar", ha explicado Shigali, madre de tres hijos y 48 años de edad en declaraciones a la Fundación Thomson Reuters. "Ahora tardo menos porque pongo el agua al sol mientras sigo con mis quehaceres (...). No hay nada que pueda hacer más feliz a una mujer", ha asegurado.
La mujer rellena el bidón con agua del pozo de la aldea de Emuchimi y lo vuelve a dejar al sol para tener agua para lavar los utensilios de cocina. Casi una cuarta parte de la población mundial, unos 2.000 millones de personas, no tienen acceso a agua potable, según estudios de la ONU.
En Kenia dos quintas partes de sus 46 millones de habitantes no disponen de agua potable, según la ONG water.org. El bidón que utiliza Shigali está fabricado por Solvatten --"agua solar" en sueco--, una empresa social sueca que trabaja desde 2007 para mejorar el acceso al agua potable vendiendo su invento a gobiernos, ONG y empresas.
El bidón tarda entre dos y cuatro horas en calentarse a 75 grados y somete al agua a los rayos ultravioletas gracias al material transparente de que está hecho. La combinación de calor y luz mata a las bacterias que pueden provocar enfermedades y un filtro que impide la entrada de partículas de mayor tamaño en el recipiente. En el caso de Shigali, el uso del bidón Solvatten hace que gaste menos leña y carbón, con lo que también ahorra dinero y evita la deforesación.
En total, más de 300.000 personas de 20 países utilizan el bidón, según Solvatten. Su inventora, Petra Wadstrom, es una de las ecologistas más conocidas y reconocidas de Suecia. Ha ganado más de una docena de premios.
La idea surgió hace 20 años, cuando Wadstrom vio cómo mujeres y niños de Indonesia contraían enfermedades por consumir agua no potable tales como cólera o tifus. "Quería darles a las mujeres el poder de ser independiente y controlar sus vidas cotidianas", ha señalado Wadstrom en una entrevista.
"Aunque no tengan agua potable a su disposición, pueden purificarla si consiguen agua de cualquier otro origen para que sea segura para beber y para utilizar", ha argumentado. Shigali recibió el bidón Solvatten hace ya ocho años de manos de la ONG Soroptimist International que se las vende ahora a las mujeres de Kenia a través de once clubes por 1.000 chelines la unidad, unos 8 euros.
"Estamos trabajando para garantizar que las mujeres puedan acceder dignamente a un agua potable y puedan ahorrar en combustible preocupándose solo de si hace sol", ha destacado la directora del programa de Soroptimist en Kenia, Dolphine Anyango.
Los bidones también son distribuidos por empresas como la cafetera danesa Lofbergs, que los reparte en Uganda para mejorar la situación de los agricultores que le venden el café. También se han ofrecido como incentivo a madres que vacunen a sus hijos, ha explicado un portavoz de Solvatten, David Wadstrom. El objetivo es que un millón de personas utilicen los bidones para 2020.
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"Tienes que creer que hay una vida mejor en el horizonte para la gente más vulnerable", ha destacado Wadstrom. "Queremos que nadie quede atrás. Todo el mundo debería tener acceso a agua potable y segura en su casa", ha apostillado.
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