La sonda espacial Cassini de la NASA ha iniciado su último viaje en Saturno al acercarse a su mayor satélite para luego explorar sus anillos y acabar estrellándose en el misterioso planeta, un acto que pondrá fin a dos décadas de investigación espacial.
En las primeras horas, Cassini pasó cerca de Titán, la luna más grande de Saturno, para alterar su órbita con ayuda de la gravedad.
La agencia espacial espera que la sonda llegue a la zona que separa Saturno de sus anillos, un área que no ha sido nunca explorada por ninguna otra nave espacial.
El objetivo es que Cassini mida la cantidad de hielo y de otros materiales que componen los anillos con el objetivo de determinar su composición química, una información que ayudará a los científicos a saber cómo se formaron los anillos.
Cassini ha ido perdiendo combustible y, por eso, la NASA ha decidido que el 15 de septiembre la sonda se destruirá a sí misma al volar directamente hacia la atmósfera de Saturno.
La NASA ha decidido estrellar la nave contra Saturno para evitar que,debido a la falta de combustible, acabe chocando con Titán o con Encélado, el sexto satélite más grande de Saturno y donde los científicos descubrieron en 2014 la existencia de un gran océano subsuperficial de agua.
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Los expertos temen que Cassini choque en esos satélites y tenga un impacto negativo en una hipotética vida microbiana. Lanzada en 1997, Cassini llegó a Saturno en 2004 y desde entonces explora el planeta desde su órbita.
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