Una terapia experimental ha conseguido frenar la pérdida de memoria. De este modo, se ha dado un paso más para vencer al Alzheimer, al menos en su primera fase. El nuevo fármaco evita la destrucción de las neuronas y acumulaciones de placas de la proteína amiloide, que daña nuestro cerebro, y que señalan como la principal causa de la enfermedad.
La mujer de Francisco Luna sufre de Alzheimer y ha comenzado a ver con un poco más de optimismo en la enfermedad de su pareja. Asegura que la terapia experimental que ella recibe en Hospital Virgen Macarena de Sevilla, a base del fármaco Educanumab, frena su pérdida de memoria.
"La veo con más actividad, más en sí de lo que era antes de coger esta enfermedad", afirma Luna. El sevillano ha podido ver estos avances en sólo siete meses de tratamiento, con dos inyecciones al mes. "No continúa perdiendo más memoria", añade.
Los efectos de esta terapia experimental se investigan en seis ensayos clínicos en los que participan más de 300 hospitales de Norteamérica, Asia y Europa. Entre ellos se encuentran 24 españoles. El secreto está en administrar a los enfermos un anticuerpo monoclonal, que genera el propio organismo, y que logra reducir la proteína beta amiloide en el cerebro de los pacientes en fase más leve.
"Llega hasta el cerebro, se une al depósito de esa sustancia tóxica y la va retirando del allí", explica Félix Viñuela, neurólogo e investigador del Hospital Virgen Macarena. Además, ya se ha comprobado que, a mayor cantidad del nuevo fármaco suministrada, mayor es la recuperación.
"De forma dósis dependiente, no sólo era capaz de quitar el amiloide del cerebro, sino que mejoraba los síntomas clínicos de los pacientes", afirma José Luis Molinuevo, responsable de la Unidad de Alzheimer del Hospital Clínic.
Esta es la terapia experimental contra el Alzheimer más eficaz en 25 años. Anteriormente, la mayoría de los intentos de reducir esta proteína habían fracasado. Si se confirma la eficacia del fármaco tan esperanzador, podría ser comercializado en la próxima década.