Varias personas del
Comité del Nobel de Literatura y la Academia Sueca consideran que el premio no
debería fallarse este año y que eso serviría para recuperar la confianza y
reparar las heridas, según desveló la emisora pública SR, que citó a fuentes
sin identificar de esa institución.
De este modo se
otorgarían dos premios de Literatura en 2019, uno correspondiente al año
anterior, según una idea que apoya Peter Englund, uno de los miembros que ha
abandonado la academia "Estamos en el medio de una discusión, no voy a
decir nada, pero dentro de poco se aclarará qué ocurre con ese punto (la
elección del ganador de este año)", declaró a la emisora el secretario de
la Academia Sueca, Anders Olsson.
Mientras que uno de los
miembros de la academia, Per Wästberg, dijo a la SVT que hasta dentro de un par
de semanas no se podrá dar una respuesta definitiva sobre el tema. El director
de la institución, Göran Malmqvist, desmintió en cambio a la edición digital
del diario Dagens Nyheter que el premio no se vaya a conceder, y aunque admitió
que ha habido una propuesta, la dio por descartada y aseguró que sería
"horrible" que ocurriese.
Sin embargo, la decisión
sobre el premio deberá ser tomada por todos los miembros de la academia, en la
que el cargo principal lo desempeña el secretario permanente. El Nobel de
Literatura ha sido declarado desierto en varias ocasiones y no fue concedido,
al igual que los otros, durante las guerras mundiales del siglo pasado, pero
nunca por otros motivos.
El escándalo estalló en
noviembre, cuando Dagens Nyheter publicó la denuncia anónima de 18 mujeres por
abusos y vejaciones sexuales contra el dramaturgo Jean-Claude Arnault, muy
vinculado a la academia a través de su club literario y esposo de una de sus
miembros, Katarina Frostenson.
La academia cortó la
relación con Arnault y encargó una auditoría sobre sus relaciones con la
institución, pero desacuerdos internos en las medidas a tomar provocaron
renuncias, acusaciones y las salidas, entre otros, de la secretaria, Sara
Danius, y Frostenson.
La Academia Sueca
decidió el pasado jueves publicarla y entregarla a las autoridades, además de
anunciar reformas. El informe descarta que Arnault haya influido en decisiones
sobre premios y ayudas, aunque el apoyo económico recibido incumple las reglas
de imparcialidad al ser su esposa copropietaria de la sociedad que controla el
club; y confirma que la confidencialidad sobre el ganador del Nobel fue violada
en varias ocasiones.
Entre los cambios en el
funcionamiento de la institución se enmarca la reforma de los estatutos
propuesta por el rey Carlos XVI Gustavo, protector de la academia, para
permitir la renuncia real de sus miembros, por deseo propio o tras dos años sin
participar activamente, y la posibilidad de que sean reemplazados.
Las renuncias son
simbólicas y solo se traducen en no participar en votaciones y actividades, ya
que la pertenencia a la institución es de por vida y solo se eligen nuevos
miembros cuando muere alguno. Las últimas salidas han dejado a la academia con
solo 11 de 18 asientos ocupados, uno menos de los necesarios para elegir nuevos
miembros y tomar decisiones, como las relativas al Nobel.