El banquete en honor de los Premios Nobel fue el momento escogido para leer un discurso del premiado en Literatura, Bob Dylan, ausente en la ceremonia, en el que se dijo honrado por recibir un galardón "tan prestigioso", lo que dio al último acto de la jornada un valor especial.
Tras conocerse la concesión del galardón, Dylan mantuvo un absoluto mutismo durante más de una semana, luego comunicó a la Fundación Nobel que aceptaba el galardón, pero que tenía compromisos que le impedían ir a recogerlo y que mandaría un discurso.
Dylan comenzó disculpando su ausencia, pero aseguró que estaba en "espíritu" y que se sentía honrado por recibir un premio "tan prestigioso", según las palabras del cantautor leídas por la embajadora estadounidense en Suecia, Azita Rajji.
Recibir el Premio Nobel era algo "que nunca habría podido imaginar", aseguró Dylan, quien nunca ha tenido tiempo de preguntarse si sus canciones son literatura, pero agradeció a la Academia que sí se lo hubiera planteado y que llegara a una respuesta "tan maravillosa, que le valió el galardón.
La ambición de Samuel Bronston
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