Para garantizar la procedencia y por tanto la trazabilidad de la carne, ningún toro puede salir de la finca sin la autorización sanitaria. Una vez en la plaza, la carne pasa por más controles, así, cada toro llega perfectamente identificado a la sala de despiece.

Sin duda la pieza más cotizada del toro es el rabo. Apunten la receta: se rehogan zanahorias, cebolla y puerro, se sazona la carne con un poquito de sal y pimienta, y se marca. Después se junta con la verdura pochada y se rocía con oporto y vino tinto. Hay que dejarlo cocer seis horas a fuego lento.

Resultado: un plato rico en proteínas con una carne ecológica y 100% trazable.