La Mancha, tierra de molinos donde allá por el año 1605 el ingenioso hidalgo Don Quijote a lomos de Rocinante marcha de viaje a lomos de Rocinante para visitar Puerto Lápice y el Toboso, pero una duda asalta desde siempre, ¿desde dónde salió?.
La respuesta no está clara, pero son dos los que se disputan este honor: Mota del Cuervo, en Cuenca, y Villanueva de los Infantes, en Ciudad Real. "Cervantes quiso que participáramos en su aventura, y nos ha tenido casi dos siglos en vilo", explica Francisco Parra, autor del estudio que sitúa Villanueva de los Infantes como punto de partida.
Según este estudio, si sabemos que Don Quijote tardó casi tres días en llegar a El Toboso, calculando la velocidad a la que viajaban, un estudio concluye que Villanueva de los Infantes es el lugar donde comenzó la leyenda. "El caballo de don Quijote podía hacer 31 kilómetros por jornada", explica Parra. En el pueblo, como no puede ser de otra forma, lo celebran y aseguran sentirse "muy orgullosos".
La velocidad de Rocinante y Rucio es una de las claves del estudio para marcar el inicio de las aventuras de don Quijote y Sancho, pero a unos 100 kilómetros de allí, en Mota del Cuervo, también aseguran que fue el lugar del que Cervantes no quiso acordarse.
La razón, en este caso, tiene que ver más con conflictos familiares como cuenta José Manuel González, autor de la investigación de Mota del Cuervo, quien afirma que "hubo un alcaide que incumplió la promesa de matrimonio dada por su sobrino para casarse con la hermana de Cervantes".
Por eso, el escritor, como venganza, se habría negado a nombrar al pueblo desde el que, para este otro estudio, comenzaron los tres viajes de Don Quijote. "He utilizado mapas de la época de Cervantes y los he contrastado con mapas satelitales actuales", dice José Manuel.
Dos pueblos, como mínimo, convencidos de ser aquel olvidado lugar que 400 años después seguimos buscando en el mapa.