A oscuras, en un baño público y con su disfraz de payaso, Arthur Fleck deja salir por primera vez a 'Joker'. Lo hace en una danza hipnótica, y con un toque 'radiactivo', en una de las escenas más potentes del cine de este 2019.
Y sí, hemos dicho radiactivo. Y no, no es una broma macabra de 'Joker'. Para entenderlo todo hay que irse hasta la central de Chernóbil, más bien hasta la serie de HBO que narra el desastre nuclear de 1986.
Hildur Gudnadóttir, violonchelista islandesa afincada en Berlín, acudió a la central nuclear de Ignalina (Lituania) y tomó sonidos reales de la central. Así grabó puertas que chirriaban, el reactor y las turbinas de la central en funcionamiento y las utilizó como base para componer la banda sonora de la serie.
Hildur Gudnadóttir compuso la banda sonora de Chernóbil con sonidos reales de una central
Su propuesta, ¿cómo sonaría la radioactividad si pudiera oírse? El resultado, una de las BSO más impactantes de la ficción y un premio Emmy como reconocimiento.
La violonchelista que dio movimiento al Joker
Hildur también ha sido la encargada de poner música a 'Joker', la cinta dirigida por Todd Philips, y en palabras del propio Joaquin Phoenix, la musa que dio movimiento al personaje. La violonchelista, con sólo leer el guión, aportó gran parte de la música antes del rodaje (algo poco habitual en el proceso creativo).
"Pudo meterse en la cabeza de Joker con la ayuda de la música. Fue mágico ver cómo experimentaba los mismos movimientos que yo había experimentado cuando estaba escribiendo la música", explicó Hildur en declaraciones al medio IndieWire.
La composición ayudó a Phoenix a "meterse en la cabeza" de Joker
Así, durante el rodaje de la película, se podía ver a Joaquin Phoenix escuchando la música en sus auriculares como parte del proceso para meterse en la piel de Joker.
De hecho, y según explica el director de fotografía, Lawrence Sher, se ponía la música de fondo cada vez que se rodaba la toma con Joaquin en el baño.
La inmersión en el personaje fue tal que, según Vanity Fair, esto hizo que el actor apenas hablara con Robert De Niro en el set de rodaje. "El primer día nos dimos los buenos días y después no recuerdo haber cruzado muchas más palabras con él. Siempre he pensado que actuar debe ser como un documental. Que debes sentir lo que sientes que tu personaje está sintiendo".
Además, el actor también contó con la ayuda del coreógrafo Michael Arnold. "Hablamos mucho, me puso vídeos. En un momento escuché un anuncio con música disco en la televisión y me puse a bailar. Luego decidimos incorporarlo a la película", relata Phoenix en una entrevista para la revista Cinemanía.
Caos, tristeza, soledad, violencia... todo confluye y convive en perfecta armonía en esta escena, 'El baile del baño' (como figura en la partitura de Hildur). Una escena más cautivadora aún, una vez que se conoce toda la historia que encierra.