Joel también vuelve a casa por Navidad, y lo hace para bailar el clásico navideño por excelencia: 'El Cascanueces'. Además, también enseñará la magia del baile a otros niños.
Joel Kioko tiene sólo 16 años y es el bailarín más prometedor de Kenia, un país donde el ballet clásico es muy residual. "De donde yo vengo hay pobreza, hay pillaje, hay drogas. Hay que ser como el león en la selva. Si no eres fuerte, te caes", explica.
Este bailarín tenía fuerza, pero sobre todo tenía ganas de salir de la pobreza y con 11 años decidió que su vía de escape sería el baile. Angela Kamene, madre de Joel Kioko, explica que "no hablaba de otra cosa. Solo baile, baile y baile".
Empezó a dar clases en un suburbio de Nairobi, en una chabola sin ni siquiera barras o espejos. De ahí, el gran salto a Estados Unidos, donde continúa su formación gracias a una beca.
Estas Navidades ha vuelto a casa, a su barrio de Nairobi, para transmitirle a otros niños qué es la danza clásica. "Es como si sintieras mariposas en el estómago. Es como si te quemara, pero te hace sentir bien", cuenta.