"Ábrelo, ábrelo, despacio...". Podríamos invitaros a abrir (y leer) el artículo así, pero quien conoce a Vetusta Morla sabe que esas letras son siempre propias de la canción de cierre. Eso es lo que está haciendo el grupo de Tres Cantos, cerrar un ciclo para adentrarse en un parón hasta 2026 para descansar. Pucho, Guille, David, Jorge, Juanma y Álvaro anunciaron el parón temporal (un día más tarde de lo deseado porque Pedro Sánchez les contraprogramó) con la salida de su último álbum Figurantes.
Las últimas oportunidades para verlos en directo han sido en Madrid, en la sala La Riviera. El concierto arranca con la primera canción de su último álbum de estudio, Puentes. "Cada puente al final seguirá aquí tras nuestra partida"... hay letras que recuerdan que se van. Pero, "pon en tu tumba que no es el final", porque han asegurado que es solo un "hasta luego".
"Estamos siempre volviendo"
La tercera canción, Fiesta Mayor, es toda una declaración de intenciones. Los 2200 'valientes'-como se suele llamar a sus fans debido a Valiente, uno de sus temas más icónicos- vibraban al son de canciones que son ya himnos. Un Golpe maestro de efecto después, Pucho se dirigía al público subrayando que hacía diez años que no pisaban la sala: "Las fiestas de despedida siempre traen fiestas de bienvenida. Estamos siempre volviendo, despedida pero con ganas de que vuelvan las fiestas de bienvenida", pronunciaba emocionado.
Llega la canción que da nombre a su disco, Figurantes: "Fuimos un gran final", reza, y le sigue un impensable "pero alguien por ahí ya nos ha olvidado". Y de ahí a sus inicios. A ese álbum que les catapultó a lo más alto de la escena nacional: Un día en el mundo. Ese "machacamos nuestros cuerpos prietos" podría tener que ver con el tute que lleva la banda en este colofón final: seis conciertos en ocho días. "Hasta un virus se ha colado en la furgoneta con estos cambios de tiempo", aseguraba Pucho.
La apoteosis estaba servida. A La Virgen de la humanidad, le siguió Cosas que hacer un domingo por la tarde, que en directo es un verdadero artefacto explosivo. Y después, El hombre del saco y Maldita dulzura, en la que se orquestó un coro de voces entre el público súper nítido y afinado que hacía vibrar aún más con la letra. Todo acompañado con una marea de brazos que coreografiaban en olas coordinadas la emoción.
Celebrando el adiós con la 'comunidad de Valientes'
Tras la declaración de amor-odio de Ay, Madrid llegaba Copenhague. La banda nos regaló una imagen bellísima, todos en círculo compenetrados en torno a la batería de David 'El Indio'. Se repitieron los momentos de complicidad entre ellos, pero la imagen de ese corro, de esa banda unida, visiblemente emocionada, era igual de potente que su música. Ellos formaban un petit comité en el escenario, en ese concierto de formato reducido concebido para la llamada 'comunidad de Valientes'. Fue necesario registrarse para poder conseguir las entradas, que se agotaron en apenas quince minutos.
"Nuestros discos siguen sonando", recuerdaLa vieja escuela. El vals de 23 de junio le da una pequeña tregua a Pucho, porque su interpretación rebosa energía, el equivalente a una sesión doble de crossfit. Tras la canción, el cantante justifica esa canción en el playlist porque no sonó hace diez años y Guille bromea: "La próxima vez Palmeras en la Mancha", en alusión al decorado de la sala que al fondo tiene unas frondosas hojas sobre una de las barras.
Alberto y los 117 db
La derrota, Mapas y Te lo digo a ti con David 'el Indio' acudiendo al frente del escenario a señalar, Sálvese quien pueda y... un clásico renovado. Fue totalmente hipnótica la puesta en escena de Valientecon unos arreglos que no distorsionaban su esencia. Después el: "Lo, lo lo lo lo lo lo, la la la la la la la la la.." más esperado de Shaharabbey Road. Tras la canción, el interludio del concierto en el que la música no para. Durante cerca de cuatro minutos el público sigue coreando la melodía para llamar al grupo a que vuelva al escenario.
Y aquí es cuando Pucho nos presenta a Alberto, el técnico de sonido. Cuenta lo poco que le gustan las acústicas de salas pequeñas repletas de "fans fans". Y cuenta también que han convertido el quebradero de cabeza de Alberto en un concurso. Están midiendo los decibelios que produce el público... Barcelona generó unos nada desdeñables 102 decibelios y entonces confirman que Madrid ha superado los 107 dbs.
25 años de Vetusta Morla
Pucho, Guille, David, Jorge, Juanma y Álvaro están celebrando un cuarto de siglo de carrera. Repasaron la geografía de su música y de sus giras. "Desde los inicios en Tres Cantos, el Café La Palma, a la Caracol pasando por la Joy Eslava, al margen de sus conciertos multitudinarios como el del Wanda Metropolitano.
Agradecieron el cariño a todos sus fans sin excepción, a los de siempre y los de ahor: "Gracias, cuidaos mucho y nos vemos en la fiesta de bienvenida". Catedrales, Cuarteles de invierno yLos días raros fueron la gran traca final. Desde la acústica íntima de Catedrales, en las que la sala se silenció tras la gran catarsis del lolololo; a esa despedida anunciada que terminaba con un canto a la esperanza: "Nos quedan muchos más, regalos por abrir...". El público les regaló una larga ovación. Saludaron emocionados y ejecutaron ese adiós desapareciendo de este escenario (y de todos en general) hasta 2026 a ritmo de Amor de verano del Dúo Dinámico.
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