Ni siquiera la escultura de David y Goliat ha podido ofrecer resistencia al viento huracanado que soplaba en la Vila Olimpica de Barcelona. La borrasca Gloria ha generado también destrozos patrimoniales en toda la costa mediterránea.
En Peñíscola, la fuerza de las olas ha abierto un boquete en el suelo de la muralla. Los golpes de mar y el fuerte viento han provocado el deterioro de la cara norte de la ciudadela.
La imagen más impactante de Jávea tras el temporal la protagoniza su campanario, ahora sin reloj. El viento arrancó su esfera partiéndola en dos, cayendo una de sus partes sobre un coche aparcado. Una gran pérdida para la iglesia de San Bartolomé, declarada bien de interés cultural.
Pero el de Jávea no ha sido el único campanario que se ha visto afectado por el temporal. La iglesia románica de San Martí de L'Esparra, del siglo XII, en Girona, se ha quedado sin él.
En Sa Pobla, Mallorca, una de las partes del rosetón de San Antoni Abat, realizado en 1706, ha quedado hecha añicos. Son las otras víctimas: siglos de historia, arrasados en apenas tres días.