El fotógrafo Magnus Wennman, se dio cuenta de lo difícil que les resulta a esos pequeños conciliar el sueño y les retrató. Un reportaje que le ha valido el tercer premio del World Press Photo 2016.
Algunos pequeños logran conciliar el sueño. Aunque sea a la intemperie, encima de unos cartones, en un catre tapado con una chaqueta desgastada, o en los brazos de una madre que prefiere taparse la cara para no ver.
Pero otros no pueden. Y se pasan la noche con los ojos como platos mirando hacia las estrellas buscando algo que han perdido y que todavía no alcanzan a entender. Hay más de 2,5 millones de niños en esta situación. Un drama que el paso del tiempo nos hace olvidar pero que sigue ahí. Mientras, los niños, siguen soñando. Esperando despertar en su cama, en su casa, viviendo esa vida que hace tiempo tuvieron que dejar atrás.