Durante el concierto-homenaje al batería de Foo Fighters, Taylor Hokins, fallecido el pasado marzo, el cantante del grupo, Dave Grohl, interrumpió emocionado su actuación al no poder contener sus lágrimas.

Un emotivo momento que se unió al hecho de que el hijo de Hokins, de 16 años, estuviera en el tributo tocando la batería.