No solo existe un feminismo, existen muchos. El feminismo del que se habla normalmente es aquel que nos ha enseñado la historia de Occidente, pero existen mujeres de contextos no occidentalizados que han tenido que enfrentarse a una evolución distinta de su reivindicación. Parecerá que su lucha es la misma y a grandes rasgos lo es, pero el contexto sociopolítico y cultural ha determinado un rumbo completamente distinto. El feminismo musulmán también es feminismo y aquí se cuenta la vida de cinco mujeres claves que han marcado su historia.
Malak Hifni Nasif (1886-1918)
Una de las más prolíficas escritoras egipcias fue Hifni Nasif, mujer y poeta que escribió en 1909 un libro con más de setenta artículos en revistas y periódicos en los que se recogía su interpretación sobre lo que se denominaba, por aquel entonces, la cuestión femenina. Criticaba la poligamia imperante, el matrimonio forzoso, defendía el derecho a las mujeres a una buena educación-- asunto clave de la primera generación de feministas musulmanas-- y se dedicó en cuerpo y alma a desengranar la cuestión sobre el velo que ya por aquel entonces suscitaba mucha polémica, según explica la profesora Nieves Paradela, experta en Estudios Árabes, en su artículo ‘El feminismo árabe y su lucha por los derechos de la mujer’.
El tema del velo siempre fue muy conflictivo en la cultura musulmana y Malak lo dejó claro entre sus páginas. El ‘desvelamiento’ representaba para ella el nacimiento de una nueva mujer y muchas también opinaban lo mismo, sobre todo, aquellas pertenecientes a una clase alta alfabetizada. No obstante, esta idea solo quedó en el pensamiento de muchas mujeres pues la tradición no se lo permitía y muchas de ellas decidieron soterrar sus ideas en el silencio de la historia, aunque otras (pocas) prefirieron seguir luchando.
Huda Shaarawi (1882-1947)
Durante este primer feminismo se dio a conocer una mujer egipcia dedicada durante toda su vida a luchar por la educación de las mujeres y se llamaba Huda Shaarawi. Uno de sus pensamientos clave era que la educación debía encaminarse a que las mujeres participaran en la vida pública de las ciudades. Con este objetivo, consiguió celebrar reuniones en la Universidad Egipcia (fundada en 1908) antes que nadie, creó la Asociación Intelectual de Mujeres y participó junto a muchas otras en la manifestación de independencia de Reino Unido, tal y como expone la investigadora Bárbara Azzaola Piazza. Este acontecimiento supuso el inicio de de la participación pública de las mujeres musulmanas, demandando su condición de ciudadanas y de mujeres libres.
El culmen de su carrera fue cuando fundó en 1923 La Unión Feminista Egipcia con la que representó a su país recién independizado en un congreso feminista realizado en Roma. A partir de entonces y tras desvelarse durante los días que pasó en la ciudad italiana, Huda abandonó el velo y marcó un hito en la historia de movimiento feminista árabe.
Durriya Shafik (1908-1975)
Pese a la lucha de Huda Shaarawi, Egipto seguía teniendo muchos problemas, principalmente con respecto la educación y al trabajo. Además, el Estado no les concedió ningún derecho político, no tenían derecho a sufragio y el derecho de familia las discriminaba sin miramientos. Fue en este momento cuando las mujeres empezaron a alzar su voz, a través de foros, la prensa y las asociaciones feministas, al mismo tiempo que sus demandas se fueron escuchando en otros países musulmanes.
En este contexto, destacó la figura de Durriya Shafik, una mujer doctorada en La Universidad de Sorbona y cuya lucha se dirigió especialmente a la obtención de derechos políticos, movilizando a muchas mujeres frente al Parlamento. En 1952 creó la asociación 'La hija del Nilo' con la que decidió presentarse a las elecciones, pero este intento fracasó. Gracias a sus ideas que se expandieron por todo el mundo árabe en las siguientes décadas se vivió un feminismo revolucionario y poderoso.
Nawal al-Saadawi (1931-2021)
Nawal al-Saadawi nació en 1931 pero sus ideas calaron, sobre todo en la década de los setenta. Era médica de profesión y representó al movimiento feminista musulmán de origen reivindicativo y laico. Sus ideas más importantes tuvieron que ver con el debate sobre las mujeres y el sexo en las sociedades árabes, con su libro ‘Mujer y Sexo'. También tuvo una época de mucha reivindicación gracias a la cofundación de la Asociación Árabe de Derechos Humanos y la creadora oficial de la Asociación de Solidaridad con la Mujer Árabe para la obtención de derechos por parte de las mujeres, según explica Paradela.
Desgraciadamente, con el nacimiento de grupos islámicos radicales tuvo que exiliarse del país hasta que años después pudo regresar. Pero el daño ya estaba hecho y lo que se pensaba que era un movimiento residual empezó a convertirse en el discurso mayoritario, cuyo lema era 'El islam es la solución'; para las mujeres supuso el comienzo de lo que años más tarde se llamaría “feminismo islámico”.
Amina Wadud (1952- Actualidad)
Tras ser remplazado el feminismo reivindicativo laico por el feminismo islámico, fundamentándose principalmente por teorías poscoloniales y concepciones de tipo cultural, éste critica fuertemente a su predecesor como un movimiento neocolonial y aboga por la defensa de la liberación de la mujer a través de su cultura, enraizada con la religión y la vuelta al islam.
Una de las mujeres que defiende este movimiento es Amina Walud (1950). Convertida al islam fue profesora en la Universidad de Michigan donde sus ideas calarán en la población musulmana por un fuerte activismo y su defensa para realizar el ‘imamato’ (rezo colectivo) por parte de las mujeres y que ya intentó hacerlo en Nueva York y Oxford, según el estudio ‘Feminismos en las sociedades árabes’ de Eva Lapiedra Gutiérrez. Este movimiento que defiende no será un feminismo como lo entendemos en Occidente, más bien podría decirse que es un feminismo teológico que se fundamenta en la mujer como sujeto igualitario en la religión musulmana y que critica el patriarcado imperante de la religión.
La cuestión del velo hoy en día
Con la llegada del feminismo islámico empieza a abandonarse la idea del ‘desvelamiento’ y se produce su movimiento contrario, el llamado ‘envelamiento’. Esta vuelta al velo por las mujeres musulmanas, según la académica Nieves Paradela, vino potenciado por un discurso justificativo tradicionalista y patriarcal cuyo objetivo era “la protección de la moral personal y familiar de las mujeres frente a la mercantilización del cuerpo que se vive en Occidente” que caló fuertemente en la sociedad musulmana.
Después de un tiempo, y con el peso de las nuevas generaciones, el discurso empezó a cambiar, sobre todo, por el contacto con otras culturas. Se abandona el discurso sobre el recato y cubrimiento de la mujer para su protección moral y el velo se convirtió en tan solo un símbolo de la indumentaria islámica. De esta forma las mujeres musulmanas empezaron a revindicar el velo no como un ejemplo de coerción sino como una expresión de una identidad libremente elegida y en palabras de Paradela “un ejemplo del derecho a rechazar valores propios de unas culturas que habían sido impuestos a otras”. Este hecho fue el que también reivindicó la activista Wassyla Tamzali, mujer de cultura musulmana, feminista y laica contra la ley del velo francesa de 2003, pero que también criticó al feminismo islámico como una forma de control patriarcal sobre las mujeres.