Que la inteligencia artificial está en boca de todos no es ninguna novedad. El CDO de Telefónica, Chema Alonso, aseguraba recientemente en el evento Metafuturo, organizado por Atresmedia, que esta herramienta nos tiene que hacer "repensar cómo educamos a nuestros hijos", a fin de prepararlos para un futuro en el que la IA esté integrada por completo en la sociedad. En el mismo evento, el experto en IA y CEO de la revista Wired, David Rowan, insistía en que ni si quiera la gente que gestiona las empresas de inteligencia artificial saben lo que ocurre dentro de lo que quiso llamar la 'caja negra' de la IA.
Es por eso que FundéuRAE eligió, en 2022, este término como palabra del año, y ahora, un año después, lo hace también el Diccionario Collins. "'IA', un término que describe el modelado de las funciones mentales humanas mediante programas informáticos, ha sido nombrada como Palabra Collins de 2023. Considerada como la próxima gran revolución tecnológica, la inteligencia artificial ha experimentado un rápido desarrollo y se ha hablado mucho de ella en 2023", señalan. En 2022, la palabra del año para este diccionario fue 'permacrisis' —"un periodo prolongado de inestabilidad e inseguridad"—, mientras que los diccionarios Oxford optaron por 'goblin mode' —'modo duende', un término coloquial para hacer referencia a un tipo de "comportamiento deliberadamente autoindulgente, perezoso, descuidado o codicioso, que rechaza las normas o expectativas sociales".
Las (otras) palabras del año 2023
Además de inteligencia artificial, Diccionarios Collins tiene una lista de otras nueve palabras que, considera, han marcado el año 2023, muchas de las cuales, sin traducción literal al castellano.
- Bazball
- Deinfluencing
- Nepo baby
- Ultra-processed
- Canon event
- Debanking
- Greedflation
- Semaglutide
- ULEZ
'Bazball' es, por ejemplo, un término acuñado en Reino Unido a lo largo de la temporada de cricket de 2022, definido por David Shariatmadari, autor de 'No te creas ni una palabra. De los mitos a los malentendidos: cómo funciona realmente el lenguaje', como un nuevo y enérgico (en ocasiones, agresivo) estilo de cricket, impulsado por el entrenador de Inglaterra, Brendn 'Baz' McCullum. En esta lista también entra el término 'deinfluencing', que sería una variación de lo que hacen los conocidos 'influencers' en las redes sociales: en este caso, hace referencia al uso de las mismas para, en lugar de recomendar el uso de determinados servicios o la compra de determinados bienes, advertirlos de no usar o comprar algunos artículos o no seguir determinados estilos de vida.
De este ámbito de nuevo 'famoseo' surge también otra de las palabras del año para los diccionarios Collins, 'nepo baby', también sin una traducción literal: hace referencia a una persona cuya carrera ha explotado por tener un padre famoso. La palabra que sí tiene traducción es la siguiente de la lista, 'ultraprocesados', que hace referencia a estos alimentos que reciben un tratamiento y procesamiento industrial durante el cual se cambia la naturaleza del mismo, al añadirle materia grasa, sal, azúcar, aditivos u otros componentes. Siguiendo con la terminología alimenticia estaría también la palabra 'semaglutida', que hace referencia a un medicamento para el tratamiento de la diabetes tipo 2 y la obesidad, también conocido por su nombre comercial, Ozempic.
Por otro lado, 'canon event', que hace referencia a un "evento esencial para la formación del carácter o identidad de un individuo" y que ha adquirido cierta trascendencia en redes sociales más jóvenes, como TikTok. Las siguientes dos palabras del año para Collins vienen del campo económico: por un lado, 'debanking', que es el acto de "privar a una persona de servicios bancarios", lo que en castellano se conoce como 'desbancarización'; y por el otro, 'greedflation', que es el "uso de la inflación para elevar los precios a niveles artificialmente altos, con el fin de aumentar las ganancias corporativas", un término que en Estados Unidos se conoce como la 'inflación de la codicia'.
La última palabra Collins del año es ULEZ, un acrónico para 'ultra low emission zone' ('zona de emisiones ultrabajas'), muy familiar para los londinenses: se trata de un área dentro de las ciudades (en Londres, por ejemplo, existe una gran ULEZ) que está activa las 24 horas del día y que afecta principalmente a autobuses, camiones y furgonetas que no cumplen con las condiciones medioambientales para entrar, por lo que si han de hacerlo, habrán de pagar una tasa.