Quinto encierro de las fiestas de Moratalla, en Murcia. Un joven se pega a la valla para intentar alejarse de la trayectoria de las reses bravas, logra evitar la embestida de la primera pero, al darse la vuelta, recibe, de pleno, la brutal embestida de la segunda de las reses que corrían por detrás.
El mozo no la vio venir. Se desentendió del resto de los animales cuando logró esquivar el pitón de la primera res de la manada y eso propició que quedara a merced de las que venían detrás. Al girarse sobre sí mismo, pegado a la valla del recorrido, recibió el brutal impacto del segundo animal de la manada, que le empotró contra la valla y el suelo.
En ese momento, la primera res -esa a la que había conseguido evitar en primera instancia- se gira sobre la trayectoria normal del encierro y recibe de frente el cuerpo del joven. Entre las dos vacas le zarandean y embisten en el suelo hasta que ambas se alejan del muchacho.
Es entonces cuanto trata de levantarse y sufre otra espectacular cogida por parte de una de las dos reses, que se vuelve de nuevo hacia él empotrándole en repetidas ocasiones contra la valla del recorrido. Sorprendentemente y pese a la brutalidad de las embestidas, el joven no sufrió ninguna cornada y únicamente tiene que lamentar fuertes contusiones en el abdomen.