En la arquitectura
acristalada del Grand Palais de París, las célebres modelos desfilaron con la
última lencería de la marca estadounidense en uno de los acontecimientos de más
impacto en el mundo de la moda.
La extravagancia ha sido
una de las notas dominantes en los diseños y prueba de ello ha sido la
exhibición del sujetador de joyas incrustadas, un clásico en el desfile anual
de la marca.
Este año el honor de
llevarlo recayó en la modelo estadounidense Jasmine Tookes. La pieza está
valorada en tres millones de dólares y ha requerido siete meses y 700 horas de
trabajo para incrustar hasta 9.000 piedras preciosas.
El acontecimiento, que
desde 1995 se ha celebrado en Nueva York y Londres, contó también con las
actuaciones musicales de la ecléctica Lady Gaga, el estadounidense Bruno Mars y
el Dj canadiense The Weeknd. Según la crítica, Victoria Secret decidió celebrar
su desfile en París para intentar abrirse mercado en Francia, donde apenas
tiene una tienda.