Mabon es una festividad pagana que corresponde con la entrada del otoño. Desde el punto de vista astronómico, Mabon es el momento en el que el día y la noche igualan su duración, es decir, cuando se produce el equinoccio de otoño en el hemisferio norte y de primavera en el sur.
Esta celebración forma parte de lo que se conoce como “Rueda del año”, una especie de calendario utilizado por varias religiones paganas. Esta Rueda consta de ocho ciclos, a los que denominan sabbats.
Estos sabbats son: Imbolc (el 2 de febrero), Ostara (en marzo, el inicio de la primavera), Beltane (1 de mayo), Litha (inicio del verano, en torno al 20 de junio), Lughnasadh (1 de agosto), Mabon (equinoccio de otoño), Samhain (1 de noviembre) y Yule (inicio del invierno, sobre el 21 de diciembre).
Este tipo de religiones consideran que la vida es cíclica y con estos sabbats representan el curso de la vida. Mabon presenta bastantes similitudes con Ostara, que representa el otro equinoccio.
Una de las partes más importantes del Mabon es la recogida de la cosecha. En esta fiesta se despide la naturaleza ante la llegada del invierno. Se dice que el dios “muere” cuando toda la cosecha es recogida. Esto hace referencia a la forma cíclica reflejada en la Rueda del año y para estas culturas simboliza la necesidad de morir para volver a renacer.
En Mabon se celebra la abundancia de la Tierra antes del invierno. Se considera una época de misterio y un momento de equilibrio. Simboliza la segunda recolección de la cosecha, en la que se recoge todo lo sembrado. Es una etapa de alegría en la que estas culturas agradecen al Sol la energía que les ha aportado.
Durante los ritos para honrar esta fiesta se busca siempre ese equilibrio, que está muy relacionado con el equinoccio, el momento en el que día y noche tienen la misma duración. A esta festividad se la conoce con otros nombres como Fiesta de la Cosecha, Día del banquete, Fiesta de la vendimia…. Todos ellos son una referencia a la abundancia de los campos.
En otras culturas
Aunque esta festividad no es tan reconocida en Europa, en América sí que goza de más prestigio. Muchas culturas cuentan con celebraciones similares. Por ejemplo, la cultura celta se refiere a septiembre como “Haleg-Monath”, que significa “mes sagrado”. Durante este realizaban libaciones (unos rituales en los que se derraman líquidos sobre altares, el suelo…) a los árboles de los bosques.
En China celebran lo que se conoce como "Chung Chiu" y es la fiesta que marca el final de la cosecha de arroz. En la cultura judía también se celebra el final de la cosecha con el Succoth”.
En la tradición romana también estaban presentes este tipo de celebraciones. Se llamaban “Fiestas Dionisiacas” y celebraban la cosecha de la uva bebiendo grandes cantidades de vino de la recogida anterior.
Simbología
Como todos los rituales, existen algunos símbolos para honrar a Mabon. Uno de los más destacados es la Cornucopia o cuerno de la abundancia. Se trata de un símbolo para consagrar la prosperidad y representa a la vez las energías masculinas y femeninas.
Otro símbolo de gran importancia es la manzana, que es considerada un símbolo de renovación, sabiduría e inmortalidad. Relacionado con la manzana, encontramos otro símbolo importante en los rituales del Mabon y de muchos otros paganos: el pentáculo o pentagrama. Este se suele utilizar para representar la tierra, que a su vez engloba al resto de elementos. Además, el círculo que se puede trazar a su alrededor representa el círculo eterno de la vida del que habla la Rueda del año y la totalidad del inverso. Es, en definitiva, un símbolo protector.
Como cada ritual, tiene unos colores representativos, que son los propios del otoño: tonos amarillos marrones, rojizos o dorados.
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