La directora de ‘Cook&Fashion’, Lourdes Mariño, ha declarado que, el echo de que comida y moda se fusionen es posible porque tienen en común "el tema de texturas, olores, sabores, colores y formas".

Javier Aramendia, cocinero de la pastelería ‘Casa Aramendia’, ve la relación entre comida y vestuario en que "después de comer siempre se quita la moda".De esta forma "tan original", han querido representar la moda y la gastronomía, "los dos pilares de 'Cook&Fashion'", ha manifestado Mariño.

El reto que le han propuesto a diseñadores noveles como Maider Lazaga o Tytti Thusberg, y otros de nombres consagrados, de la talla de Victorio y Lucchino o Lemoniez, es diseñar su plato favorito.

Maider Alzaga ha creado un vestido inspirado en el sushi, con tonos negros que simulan el alga, blancos para el arroz, y rosado en las mangas para el salmón. Una vez confeccionado el diseño, el museo ha encargado a un grupo de cocineros que elabore 15 platos basándose en esas prendas.

Pablo Loureiro, cocinero del restaurante Urola, ha creado un plato de carabinero con ensalada de corazón de tomate y brócoli a partir de un vestido de Agatha Ruiz de la Prada.

La diseñadora Tytti Thusberg ha hecho un vestido inspirado en el regaliz negro, con una falda hecha de cuero reciclado, y el cocinero lo ha traducido en un pastel de mousse de chocolate en láminas, como la falda, y menta.

Los diseños de moda están "maridados" con creaciones culinarias hechas por 6 cocineros y 9 reposteros del recién creado grupo "Pastelak"; así, las modelos han portado bandejas en las que pueden verse platos de cocineros como Rubén Trincado, del restaurante Mirador de Ulía, o Mikel Santamaría, de "Bokado", y pasteles de reposterías como Barrenetxe, de San Sebastián, o Unanue.