Contundentes y con mucho sabor, los callos perfectos para combatir el frío. Noviembre es el mes de los callos en Madrid y las posibilidades de cocinarlos son infinitas. Por ejemplo,  con arroz.

El truco del arroz meloso con callos no está en el ajo picadito ni en el caldo de carne sino en rehogar a la vez el arroz con el callo, previamente guisado.

Pese a las innovaciones, no se pierde la tradición porque muchos son los que prefieren los callos a la madrilena de toda la vida y aunque la elaboración lleva su tiempo, hasta tres horas,  cada segundo merece la pena.