1. Escanciar sidra... y claro, beberte los culines del trago, nada de dejarlos reposar, que eso es de madrileños. Y reivindicar que la sidra es asturiana, ni vasca ni ná, asturiana.
2. Saber qué es un cachopo... ¡qué no es un san jacobo!. Hay que conocer los mejores sitios para comerlo, cuanto más grande mejor y si además sabes prepararlo a los no autóctonos tienes el éxito asegurado.
3. Bajar El Sella... sí, aunque no tengas ni idea de cómo funciona eso del remo, la piragua... en pareja o sólo, y tardar lo que haga falta porque el río también se baja a ratos remando y a muchos ratos flotando.
4. Cruzar El Negrón y encontrarte Mordor. Hay pruebas científicas que lo demuestran... tras ese túnel ocurren cosas, un misterio a la altura del triángulo de Las Bermudas.
5. Ir a una fiesta de prao, terminar con el Asturias de Víctor Manuel y de verdín y barro hasta las cejas. Son marcas de guerra.
6. Bañarse en la playa... sí, aunque haya bandera roja, olas de tres metros, 15 grados y esté lloviendo... Es verano, te bañas y dices "el agua está buena", punto.
7. La fabada... bueno eso ya es una cuestión de Estado. La fabada se come, se repite varias veces y te acuerdas de ella el resto del día. Y si te vas de vacaciones te llevas para hacer fabada... un asturiano que se precie la come con -10 grados pero también con 40 grados a la sombra en sus vacaciones en Murcia.
8. Ir a la Feria de Muestras todos los años, eso sí, sin pagar entrada... a poder ser con la invitación vip para ir el día que te apetezca. Comer el bocata de calamares y volver con la sartén que fríe plástico o el jabón que lo limpia todo.
9. Defender a muerte a Melendi y a Fernando Alonso, aunque te cueste más de un disgusto.
10. Y proclamar a los cuatro vientos que eres asturiano... con tu pegatina de la Santina en el coche, o tu gorra de la Caja de Ahorros y sobre todo decir: Asturias ye España, lo demás tierra conquistá. ¡Puxa Asturies!