El rey Juan Carlos es uno más en el contenedor donde sus dos retratos aparecen medio enterrados, sucios e inclinados. Alrededor sólo tiene basura y objetos inservibles como televisores, mesillas de noche y escombros. Su autor, Cristóbal Toral, reconoce que su obra ‘La abdicación del rey’ puede traer polémica, pero se justifica: “Las cosas cuando hacen su servicio y son viejos, como un sillón o un televisor, terminan en un contenedor. Al rey le pasa exactamente igual”.

La idea del contenedor ya la tenía y aprovechó la abdicación para introducir el retrato, que es elemento clave de su obra. “Digamos que la abdicación del rey me ha completado la obra”, afirma. Y aunque es republicano, no pudo evitar cierta pena al completarla: “Me ha dado cierta tristeza coger la foto y meterla en un contenedor”, reconoce Toral.

De momento nadie se ha quejado pero él es consciente de que el tema puede traer polémica. Eso sí, cree que don Juan Carlos, que además tiene una acuarela suya, no se va a enfadar. “Estoy seguro que mi obra la va a mantener porque el rey es una persona con altura de miras”, asegura.

Sin embargo, lo cierto es que su exposición es mucho más y se atreve con cualquier cosa, como una instalación inspirada en la valla de Melilla. En este aspecto, manifiesta: “Me ha impactado especialmente por la dureza, la famosa concertina". "Yo mismo me he cortado haciendo esta valla”, añade.