La explicación de la tradición deriva de varias leyendas surgidas en diferentes siglos entorno a San Jorge. De acuerdo a una de las versiones, en un reino, su localización exacta varía según las interpretaciones, había un dragón que causaba grandes estragos entre la población y el ganado.
Con el fin de saciarlo, se elegía a una persona de manera aleatoria para ser sacrificada ante el dragón. En una ocasión le toco a la hija del rey y cuando iba a sucumbir ante la bestia, San Jorge se enfrentó a él y logró vencerlo con su espada. De la sangre salió un rosal rojo y San Jorge entregó la mejor flor a la princesa.