¿Qué contestarías si te preguntan quién es el patrón de Navarra? Haz la prueba, la mayoría de la gente cree que es San Fermín. La respuesta puede parecer razonable teniendo en cuenta los mundialmente conocidos Sanfermines, pero no es la correcta.

Sin duda, San Fermín es el santo más reputado y celebrado en Pamplona, gracias a las famosas fiestas que llevan su nombre. Innumerables personas en la capital navarra se visten de blanco, se colocan su faja roja y disfrutan durante una semana con las calles abarrotadas de gente venida de todo el mundo para las fiestas.

Con su mezcla única de tradición, emoción y alegría desbordante, los Sanfermines hacen de Navarra un destino turístico internacional. En 2023 fueron cerca de 1,4 millones las personas las que asistieron a algunos de los 542 actos oficiales de las fiestas, según los datos que hizo públicos la alcaldesa de la ciudad, Cristina Ibarrola.

En 2024, las fiestas de San Fermín empiezan el sábado 6 de julio y finalizan el domingo 14 de julio, y cuentan con un extenso programa de actividades.

Quién es (realmente) el patrón de Pamplona

Pese a la gran popularidad de San Fermín, el verdadero patrón de Navarra no es él sino San Saturnino. La festividad de San Saturnino se celebra el 29 de noviembre, una fecha con celebraciones mucho más discretas y solemnes que la de San Fermín. No obstante, San Saturnino y San Fermín son dos santos que están relacionados históricamente.

San Saturnino, el patrón de Pamplona, fue un obispo de Toulouse, Francia, que evangelizó los territorios paganos de Navarra durante el siglo III. Según la tradición, San Saturnino bautizó a unas 50.000 personas en Pamplona.

Entre quienes bautizó se encontraban Firmo, un senador romano que vivió en pamplona en el siglo III, su esposa Eugenia y su hijo Fermín, quien más tarde sería conocido como San Fermín, explican desde el Ayuntamiento de la localidad.

La historia cuenta que San Saturnino, también conocido en Pamplona por su apelativo francés, San Cernin, fue martirizado en Toulouse, donde fue atado a un toro y arrastrado hasta ser descuartizado.

En el centro de Pamplona hay una iglesia en el que lleva su nombre y que fue construida junto a un pozo, situado en la confluencia de las calles San Saturnino, Mayor y Jarauta, donde, según la tradición, el patrón bautizó a los primeros cristianos de la ciudad.

En el siglo XVII, Navarra enfrentó una crisis sobre quién debería ser su patrón: San Fermín o San Francisco Javier, cuya festividad se conmemora el 3 de diciembre, Día de Navarra. En 1657, una decisión salomónica adoptada por el papa Alejandro VII determinó que ambos compartirían el patronazgo del Reino de Navarra.

La devoción a San Saturnino se extendió en Navarra a partir del siglo XI, especialmente por la llegada de mercaderes y clérigos franceses a la ciudad. Esto llevó a que, en el siglo XVII, el ayuntamiento de Pamplona lo nombrara oficialmente como patrón de la ciudad en 1611.

Celebraciones en honor a San Saturnino

Cada 29 de noviembre, Pamplona celebra la festividad de San Saturnino con una procesión de la Corporación Municipal junto al Cabildo de la Catedral, una misa en su honor y la participación de la Comparsa de Gigantes y Cabezudos, gaiteros y txistularis. Estas celebraciones mantienen viva la devoción al santo patrón de la ciudad.

Esta es la Oración a San Saturnino:

Señor Jesucristo,

luz verdadera que alumbras siempre al mundo,

que por la predicación de tu mártir y obispo san Saturnino,

visitaste la ciudad de Pamplona y la iluminaste con la luz de la fe,

concédenos, por su intercesión,

confesar firmemente la misma fe y llegar finalmente a la fuente de la luz eterna.

Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

Quién fue San Fermín

Según la leyenda, Fermín nació en Pamplona, hijo del senador Firmo y Eugenia, quienes se convirtieron al cristianismo influenciados por Honesto de Nimes. Fermín fue bautizado en el pocico de San Cernin, y tutelado por Honesto, aprendió la religión y fue ordenado en Tolosa a los 18 años, antes de ser nombrado el primer obispo de Pamplona, en Amiens a los 24 años.

Se dice que fue degollado en la Galia romana por negarse a dejar de predicar. La abadía de St. Acheul en Amiens (Francia) fue fundada sobre su supuesta tumba en 1085. En el siglo XII, el obispo Pedro de París llevó una reliquia de su cabeza a Pamplona, iniciando la celebración de San Fermín.

Desde cuándo se celebra San Fermín el 7 de julio

Hasta el siglo XIV, la fiesta de San Fermín se celebraba el 10 de octubre. En 1591, Pamplona solicitó trasladar la fiesta al 7 de julio debido al mal clima otoñal. Según Javier Solano, experto en Sanfermines, el clima de otoño en Pamplona era desfavorable, por lo que se decidió mover la fiesta a un mes más cálido y con mejores condiciones meteorológicas. Desde entonces, San Fermín se celebra el 7 de julio.

¿De verdad existió San Fermín?

A lo largo de la historia constituye un hecho bastante frecuente la aparición de santos apócrifos, personajes elaborados a partir de leyendas hagiográficas, hechos históricos parciales o exagerados, manipulados o, simplemente, sin base real, pero que cuentan con biografías y semblanzas atractivas y estimulantes como despertar la devoción del pueblo.

Uno de estos santos pudo ser San Fermín. Esa fue, al menos, la conclusión de las investigaciones, realizadas por separado, que llevaron a cabo en 1970 varios historiadores navarros y un arqueólogo de Amiens, donde se asegura con rotundidad que la historia de San Fermín no tiene base histórica alguna.

Así lo confirma también el riguroso estudio realizado por el historiador Roldán Jimeno Aranguren, que forma parte de su Tesis doctoral, donde revela multitud de datos inconsistentes, incongruencias y falsedades referentes a la leyenda.

En cualquier caso, es incuestionable que hoy en día San Fermín es un personaje que despierta simpatía general. Además de darle el nombre a los Sanfermines, su figura es todo un icono asociado a las fiestas.