La idea de 'La Ingobernable' siempre fue resistir hasta el último momento. Lo hacían de forma pacífica, a su manera: llenando su centro social de vida y actividades hasta el momento de su desalojo, fijado en un primer momento para el 2 de septiembre y postergado después hasta el 13 de noviembre, fecha en la que la Policía ha desalojado, de madrugada, uno de los últimos bastiones del activismo social madrileño.
En el centro, situado en la céntrica calle del Gobernador, 39, junto al Paseo del Prado, trabajaban 150 colectivos. Por sus manos pasaba la organización de más de 200 actividades al mes en las que participaban más de 1.000 personas. Ese trabajo queda huérfano. Como huérfanas quedan las cientos de personas para las que 'La Ingo' -así se la conocía en familia- suponía un respiro social.
Su actividad siempre se vio amenazada por el gobierno de José Luis Martínez-Almeida (PP). Su ascenso a la alcaldía de Madrid tras las elecciones municipales del pasado 26 de mayo pusieron a 'La Ingobernable' en la picota.
'La Ingo' funcionaba de 19:00 a cierre y ponían al servicio de Madrid sus más de 3.000 metros cuadrados de superficie para disfrutar de una oferta contracultural entre proyectores, idiomas, clases, deportes, charlas... En 'La Ingobernable' todo tenía poso social. Ni siquiera te cobraban la cerveza, el agua o la tortilla de patatas (vegana, eso sí). En apenas dos años, más de 100.000 personas pasaron por este centro.
Su historia no se remonta mucho en el tiempo. Desde aquel 6 mayo de 2017 cuando, tras una manifestación, varios ciudadanos okuparon un edificio vacío situado entre la calle Gobernador y el paseo del Prado. El inmueble, histórica propiedad del Ayuntamiento de Madrid, había sido cedido en 2015 por la entonces alcaldesa Ana Botella a la Fundación Ambasz para demolerlo y edificar en su lugar un museo.
Un año después, en 2016, el Ayuntamiento de Madrid dirigido por Manuela Carmena devolvió el edificio al patrimonio municipal, para lo que tuvo que abonar 1,4 millones a la Fundación Ambasz como indemnización.
'La Ingobernable' se convertía entonces en sede de movimientos sociales como el 8M (feminismo), Ecologistas en Acción o Frydays for Future (ecología). Desde el propio centro siempre tuvieron claro el porqué de la postura del nuevo Consistorio de la capital: "Somos algo incómodo para el Ayuntamiento porque estamos en la milla de oro y somos una bomba de especulación urbanística".
"Pueden desalojar un edificio pero no las ideas"
De la fachada de 'La Ingobernable' colgaba el cartel con el lema “Somos ingobernables". De ahí que sus inquilinos -okupas, sí- insistieran tanto en reforzar esta idea: "Pueden desalojar un edificio pero las ideas y las personas que han germinado en estos dos años no se pueden cerrar, por eso somos indesalojables".
"Parásitos a los que se les acaba el chollo"
La concejala delegada de Deportes en el Ayuntamiento de Madrid, Sofía Miranda, llegó a calificar de "parásitos" a los miembros de 'La Ingobernable', a quienes recriminó que vivieran "a costa de los impuestos de todos los madrileños".
Esa fue la respuesta de Miranda después de que 'La Ingobernable' hiciera un llamamiento a los movimientos sociales a defender el edificio público el 2 de septiembre, primera fecha prevista para el desalojo del edificio.
"No sois 'indesalojables'; sois parásitos que vivís a costa de los impuestos de todos los madrileños que os pagamos la luz y el agua. Entiendo que estéis nerviosos, se os acaba el chollo. Un saludo", expresaba la concejala de Ciudadanos.
'No sois indesalojables; sois parásitos que vivís a costa de los impuestos de todos los madrileños'
El alcalde José Luis Martínez-Almeida ya se dirigió anteriormente a 'La Ingobernable' para decir que es "mejor evitar enfrentamientos innecesarios", porque el Consistorio los desalojaría del inmueble actuando "dentro de la ley pero con toda la fuerza que da la ley".
Martínez-Almeida, en línea con las últimas declaraciones de su concejala Sofía Miranda, pidió que abandonaran las "actitudes chulescas y arrogantes" y aseveró que "llevan dos años viviendo del erario público, que no les van a dar un inmueble".
A su vez, los miembros de 'La Ingobernable' calificaron estas afirmaciones de "violentas", así como indicaron que se trató de "una amenaza" al decir que iban a actuar "con toda la fuerza de la ley". Su estrategia de resistencia tampoco varió entonces: siempre aseguraron que reivindicarían el centro "con diálogo y no con violencia".
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