Ni la fe pudo detener el amor entre Fani y Marita. Ambas vivían como monjas de clausura en dos conventos diferentes de Croacia, pero un día el destino las unió. "Me dijo que venía a Zagreb a verme, y yo pensé... ¡está loca!", ha confesado Fani. Sin embargo, Marita asegura que ya sabían que había algo entre ellas.
Marita Radovanovic tenía 18 años cuando se hizo monja. "Las normas dicen que en el convento no puede haber vínculos", recuerda. En cambio, Fanica Feric siempre supo que era lesbiana, pero tenía miedo de decirlo en su pequeño pueblo. Con 23 años entró en un convento: "En cada generación había al menos una monja que era lesbiana. Es así, y quien diga que no, miente", asegura.
Un día, ambas abandonaron el hábito y ahora sus vidas han inspirado al documental 'Fe y libertad', que no pretende provocar, sino suscitar empatía en una sociedad conservadora.
Ivana Marinic Kragic, directora del documental ha asegurado que se trata de un film que "cuenta la historia de un amor inesperado": "Mi objetivo estaba en contar que cada uno tiene una libertad personal, como individuo elegir su destino lo que quieren ser", ha explicado.
A día de hoy, Fani trabaja en el sector turístico y Marita en restauración. "Disfrutamos del silencio y rezamos. Dios lo ve todo, y los que quieran juzgar que juzguen, a mí eso ya me da igual", ha asegurado la exmonja. Ahora recorren juntas el camino de la vida como mujeres valientes en busca de su verdadera identidad y libertad.
Eran conocidos como los 'caras rotas'
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