La barbarie y el fanatismo religioso responsable de destruir el patrimonio cultural de la ciudad maliense de Tombuctú no quedará en balde. Un miliciano islamista es la primera persona que será juzgada en La Corte Penal Internacional de la Haya por crímenes de guerra por la destrucción de patrimonio cultural. Se enfrenta 30 años de prisión
El hombre ha reconocido su culpabilidad y se ha mostrado su arrepentimiento por los daños. Entre ellos, el derrumbamiento de 'La Puerta del fin del mundo'. Aunque no fue la única fechoría que se produjo en 2012 en la conocida como 'Ciudad de los 333 santos', los yihadistas redujeron a polvo mezquitas, miles de manuscritos y hasta nueve mausoleos de adobe del siglo XV, que hace apenas un año la UNESCO logró reconstruir.
Es la primera vez que la Haya interviene a pesar de que durante los últimos años varias huellas de la humanidad han sido atacadas como los monjes más grandes del mundo de Bamiyán o el tesoro irremplazable de la ciudad de Palmira. Por eso, este juicio supondrá un paso para evitar que continúe la impunidad ante los insistentes ataques contra nuestro patrimonio cultural
Eran conocidos como los 'caras rotas'
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Los conocidos como 'caras rotas' eran despreciados por la sociedad, como se narra en El reconstructor de caras. Solo algunos, gracias al cirujano Harold Gillies, vivieron una segunda oportunidad.