Alex Txikon, el montañero vizcaíno que pretende alcanzar la cima del Everest en invierno y sin oxígeno artificial, ha comentado desde el campo base que se encuentra "muy bien" y ha comenzado a trabajar de nuevo en el equipamiento de la cascada de hielo que separa su posición del campo 1.
Txikon regresó el lunes en helicóptero desde Katmandú al campo base para reanudar su intento de cima, yeste martes ha escrito una crónica desde allí, a 5.250 metros, contando sus impresiones.
Primero ha admitido que "tenía miedo; pensaba que me podía dar el mal de altura pasando de estar en Katmandó al campo base en una hora", pero no le afectó: "Traté de moverme despacio, pero no podía de lo contento que estaba de estar de vuelta aquí".
Se ha encontrado un viento excesivo, lo que le ha impedido dormir en la primera noche de regreso: "Ha soplado mucho, mucho, mucho, de oeste. Hoy día 26 estamos de 'gaupasa' (en euskera, noche en vela) haciendo turnos para que no vuelen las tiendas".
Debido a este viento, los sherpas que le acompañan han decidido esperar a mañana lunes para reanudar las labores de equipamiento de la cascada de hielo del glaciar del Khumbu, el que separa el campo base del uno, una de las fases más peligrosas por los seracs (bloques de hielo) que caen y las grietas.
Los sherpas han cumplido el plan de quedarse quietos, pero Txikon no: "viendo que el viento estaba amainando he decidido salir para arriba, portear tres escaleras y cuerda. He equipado 200 metros y he porteado tres escalas. He alcanzado unos 5.500 metros, más o menos. Como iba solo he decidido no arriesgar más y darme la vuelta ya que mañana subimos ya todos".
"Sé que cada vez que subo, mis fuerzas van disminuyendo y por tanto las posibilidades de cumbre también, pero soy un poco burrico y a mí me gusta escalar y pelearlo. No he aguantado (quieto) ni el primer día", ha bromeado. El alpinista se encuentra "muy bien; las fuerzas aún no están tan mermadas como yo pensaba y mi único problema es que llevo las uñas de los dedos gordos colgando, y se me hace muy doloroso cramponear frontalmente, pero bueno, toca apretar los dientes".
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Txikon calcula que en repasar y colocar de nuevo las cuerdas y escaleras que se hayan caído en este tramo tardarán dos o tres días de trabajo. Llevan dos mil metros nuevos de cuerda para reequipar. Más arriba, del campo dos al cuatro, espera que siga casi intacto todo el equipamiento que montaron, al ser una zona más tranquila. El montañero tiene aún varias semanas de plazo, hasta que acabe el invierno el 21 de marzo, para intentar conseguir la cumbre.