El Barcelona Lassa acabó, con más suficiencia de la prevista, con el sueño copero del Iberostar Tenerife, al que desbordó durante gran parte de la primera semifinal (92-86), lo que le permitirá defender este domingo el título logrado en 2018.
A pesar de su meritoria reacción en el último cuarto, el equipo canario, que se había impuesto en cinco de los seis últimos enfrentamientos entre ambos, no fue rival para el líder de la Liga Endesa, que presentó su candidatura al triunfo en la que será su octava final de los últimos once años.
Los azulgranas salieron más enchufados a la pista, con Pau Ribas y Thomas Heurtel como principales argumentos ofensivos. Su férrea defensa asfixiaba una y otra vez a un equipo canario que tardó en carburar y al que le costaba un mundo culminar cada ataque.
Los tinerfeños, con solo cinco puntos en los seis minutos iniciales y varias pérdidas en su haber, dejaron vía libre a un Barça que aprovechaba para castigar cada error, por lo que las diferencias subieron rápidamente hasta los siete puntos. Poco a poco, los de Txus Vidorreta fueron encontrando soluciones a su atasco ofensivo y cerrando su pintura con Colton Iverson como principal argumento.
El choque se igualó al final de un primer cuarto algo espeso en el que las defensas se impusieron a los ataques (17-15, min 10) Un parcial de 8-1, con dos triples de Kyle Kuric, permitió un nuevo despegue de los vigentes campeones, cuyo dominio en el rebote le garantizaba segundas opciones.
Sin la fluidez en ataque ni la solidez defensiva que caracteriza a los isleños, el partido se empezó a romper antes de tiempo. Adam Hanga, con ocho puntos, hurgó más en la herida y elevó a catorce la diferencia a 1.40 del descanso, al que se llegó con una clara ventaja azulgrana, basada en su dominio en la pintura y en las ocho perdidas tinerfeñas, que fueron castigadas con doce puntos por los de Svetislav Pesic (41-29).
El Iberostar pareció salir de vestuarios con otro aire en ataque y ganas de intentar la remontada, aunque sus tiradores no tenían su tarde y los triples de Pau Ribas y Víctor Claver y un par de aciertos de Heurtel les mantuvieron a raya y evitaron la rebelión. La contundencia del equipo catalán se siguió imponiendo ante un oponente muy diferente al que derrotó al Unicaja en cuartos de final.
A falta de buen juego y emoción, el público se distraía haciendo la ola mientras el partido quedaba finiquitado antes de tiempo con dos triples de Kevin Pangos que pusieron fin al tercer acto (72-52, min 30).
Los últimos diez minutos tuvieron poca historia. Con la semifinal decidida, los canarios, que tuvieron en Tim Abromaitis a su mejor hombre (24 puntos) y acusaron el flojo partido de Javier Beirán, siguieron intentándolo y, al menos, lograron maquillar el resultado.
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La relajación final de los azulgranas puso al Iberostar a siete puntos en el ultimo minuto, pero la reacción llegó demasiado tarde y, aunque los de Vidorreta dominaron ampliamente el último cuarto, no pudieron evitar el triunfo del vigente campeón, que buscará este domingo revalidar la corona lograda en 2018.