El Barcelona Lassa sumó una inexplicable derrota (84-81) en la pista del Brose Bamberg, al que iba ganando por 26 puntos en el primer cuarto, pero al que acabó entregando el partido en los tres períodos siguientes, en los que ofreció una imagen muy pobre y muy difícil de justificar.
Los azulgranas suman su quinto tropiezo en la Euroliga, éste además especialmente doloroso por la forma en la que se produjo y porque vuelve a darle un golpe de realidad después de su triunfo en la Liga ACB en la cancha del Real Madrid. En el mejor arranque se recuerda en años lejos del Palau, el Barça parecía haber dejado prácticamente sentenciado el partido en el primer cuarto de Alemania.
Los 26 puntos de diferencia (12-38) con los que cerró el período inicial lo decían todo. Con Sanders y Moerman comandando la ofensiva visitante, el Barcelona exhibía un juego sin fisuras y sin apenas fallos (80% en tiros de 2, 60% en triples y 100% en tiros libres) y un baloncesto coral (13 asistencias) frente al que nada podía hacer su rival.
Fallaron los hombres de Sito Alonso sus tres primeros ataques en el segundo cuarto y perdieron un par de balones absurdos que permitió al Brose recuperar parte de su autoestima, con un parcial de 9-2 que le colocaba por debajo de la barrera de los veinte puntos (21-40, min.14).
De un inicio arrollador a una pájara sin precedentes
Un triple de Claver, dos tiros libres de Sanders y otros dos de Seraphin cerraban la reacción germana (21-47, min.16) y devolvían la renta a los 26 puntos. Sin embargo, se reactivaban los locales de la mano de Hickman y Wrigth, mientras el Barça vivía desconectado de un partido que tenía ganado y que se le empezaría a complicar por momentos.
El 25-11 del segundo período metía sorprendentemente a los germanos en el choque (37-49), pero no despertaba al conjunto azulgrana. Empezó la segunda mitad con una falta antideportiva de Seraphin que el Brose aprovechó para colocarse a solo ocho puntos (41-49, min.21).
Y, a partir de ahí, el equipo de Andrea Trinchieri empezó a creerse que podía llevarse el encuentro. Hanga y Heurtel hacían la guerra por su cuenta y Sanders se obcecaban por acabar el solo cada ataque, mientras que los germanos igualaban la batalla por el rebote y empezaban a anotar canastas fáciles.
Los triples de Taylor, Lo y Hickman acaban por reducir a solo cuatro puntos las distancia al final de este tercer período (62-66). El acierto local desde el perímetro siguió al inicio del último cuarto, con dos triples de Wright, pero que tuvieron la réplica en otros dos de Moerman y Hanga (68-74, min.34).
Derrota dolorosa
Un 2+1 de Hickman y las canastas de Rubit, Wright y Zizis ponían por fin por delante a los alemanes (77-74), a falta de 3:30 para el final y obligaban a Sito Alonso a pedir un tiempo muerto. Pero para entonces el Barça ya era un cadáver andante. A los catalanes se les aparecieron todos los fantasmas.
Zizis anotaba con facilidad pasmosa en cada ataque mientras los hombres de Alonso solo acertaban a sumar desde el tiro libre. Con 84-81, el Barcelona tuvo una última posesión a falta de diez segundos para el final, pero el Brose hizo falta a Moerman para no dar opción al triple que podía forzar la prórroga.
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El ala-pívot azulgrana erraba el primer tiro libre y tiraba a fallar el segundo. Sanders capturaba el rebote, pero en vez de cederla a un compañero para que se la jugará de tres, fallaba el tiro debajo de aro. El último despropósito en el partido de un equipo ciclotímico que empezó con una exhibición antológica para acabar haciendo el mayor de los ridículos.
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