El Real Madrid venció por 97-80 al Anadolu Efes en un partido absolutamente intrascendente que fue muy igualado y que sólo despertó en los últimos minutos, cuando Jaycee Carroll entró en éxtasis triplista (7 de 8) para abrir la espita de la inercia ganadora de su equipo.
El desangelado inicio de partido (2-2. min.2.30) es perfectamente explicable habida cuenta de que ninguno de los dos equipos se jugaba nada. El Madrid, primero, y el Anadolu, sexto, tenían sus posiciones aseguradas y la victoria del Darussafaka sobre el Estrella Roja dejaba claro el único emparejamiento que podía estar en el aire. El Madrid se enfrentará con el Darussafaka.
Así pues el partido se convirtió en un puro artificio sin trascendencia alguna. Dos tapones del mexicano Gustavo Ayón en la misma jugada fueron lo mejor de un primer cuarto en el que el Real Madrid se dejó llevar, perdió en el rebote, 9-16 para los turcos, y acabó con un 16-21 adverso.
Las cosas siguieron feas para el equipo español en el inicio del segundo acto, 18-26 (min.12). Jaycee Carroll y Dontaye Draper con un triple por barba casi enjugaron la diferencia en un abrir y cerrar de ojos. Pero al partido le faltaba alma, corazón y vida y nadie mejor que Andrés 'Chapu' Nocioni para hacerle un 'by-pass' al juego del Real Madrid.
El ala-pívot argentino fue recibido con la ovación de la noche y apenas un minuto después descerrajó un triple que adelantó al Madrid (31-29 min.15.50) en el marcador después de mucho tiempo.
El choque entro en una fase de buenas defensas, errores en ataque, jugadas individuales e igualdad en el marcador que se mantuvo hasta el final, 37-36. El Madrid enjugó la diferencia -14-6 en rebotes en el segundo cuarto- y se pudo ir al vestuario con una levísima ventaja.
Un triple de Draper y una canasta made in Felipe Reyes (42-36 min 21.30) parecieron poner al Madrid en el camino de la victoria, pero fue sólo un espejismo pasajero porque el Anadolu, apoyado en Thomas Heurtel y Bryant Dunston dio la vuelta al marcador sin dificultad, 45-46 (min.24).
Un mate de Anthony Randolph entrando en la zona como un cuchillo en la mantequilla, fue de lo mejor de un tercer cuarto en el que el marcador fue a trompicones y acabó, en el minuto 30, con un 62-60 y un fenomenal cabreo de Pablo Laso por los errores cometidos por sus jugadores en defensa.
El último cuarto siguió por los mismos derroteros a la espera de que algún equipo decidiera dar un paso adelante en el juego. Carroll con dos triples seguidos pudo haber sido el catalizador, pero los fallos defensivos castigaron en exceso al Madrid, 70-70 (min.34).
Carroll, con otros dos triples seguidos, el quinto sin fallo, volvió a dar una oportunidad a su equipo, 76-72 (min. 35.30) y despertó a unas gradas adormecidas, como el partido. Carroll, el sexto triple sin fallo, y Draper, con sendos triples volvieron a intentar dar al Madrid una ventaja significativa, 82-76 (min. 37).
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El escolta de Wyoming ya en estado de éxtasis (29 puntos en 22 minutos) descerrajó el séptimo triple de ocho intentos, para ya sí cerrar el partido, 97-80, tras haber abierto la espita de la inercia ganadora del equipo, por una diferencia que no refleja la igualdad que hubo durante 38 minutos.