Una gran puesta en escena del Real Madrid, con una efectiva defensa y un demoledor ataque, sentenció al Brose Bamberg, 95-72, desde el minuto uno, al no encontrar ningún resquicio en los locales. La emoción por el resultado duró nada. En el minuto 3, el Madrid dominaba por 11-0 fruto de una buena defensa, de un buen movimiento de balón en ataque y de una gran actuación coral.
Con la ausencia a última hora del francés Fabien Causeur, Andrea Trichieri, entrenador del Brose Bamberg, comenzó a tirar de banquillo en busca de unas soluciones que no acabaron de llegar. Jeffery Taylor con su agresiva defensa sobre el base, cortó de raíz el ataque de los alemanes.
No hubo color
Si después el Brose estuvo un poco blando atrás, el 24-9 con el que finalizó el primer cuarto, casi fue un corto bagaje. Dos triples consecutivos de Sergio Llull y el dominio bajo los aros de Gustavo Ayón y Felipe Reyes fueron suficientes para pasar por encima a un equipo alemán que, por momentos, se vio abrumado.
En el segundo cuarto, Trinchieri intentó acortar el campo de acción de su defensa para hacerla más efectiva y dura. Apenas se notó ese intento de reacción, porque el Madrid no bajó demasiado su rendimiento por las rotaciones y en el minuto 13.20 ya contaba con veinte puntos de ventaja, 33-13. El máximo llegó con un 41-16 (min.17.20) y el segundo cuarto, sin mucha historia, finalizó con 47-25.
En la reanudación el Madrid mantuvo cerrado el grifo de los puntos del Brose, actuando sobre sus mejores opciones, Nicolo Melli, Maodo Lo y Nikos Zisis con una eficaz defensa. Conseguido esto el equipo comenzó a sentirse cómodo en la pista, confortado por una ventaja que siguió creciendo, 55-27 (min.22.30) y 66-36 (min.28.40).
La diferencia llegó a ser de... ¡37 puntos!
El final del tercer cuarto, 72-40, se cerró con una jugada conocida por todos, triple a tablero de Sergio Llull, ya todo un clásico. A estas alturas de partido la victoria estaba completamente definida y el 35-17 en rebotes casi fue más claro que los guarismos del marcador. El único interés de los últimos diez minutos fue esperar a ver cual sería la diferencia final y si el Madrid levantaría o no el pie del acelerador, como al final hizo.
Los 37 puntos de ventaja en el minuto 32 (79-42), dieron paso a un 0-9 de los alemanes en menos de dos minutos (79-51), el primer momento de relajación de los madridistas que el entrenador, Pablo Laso, cortó de inmediato con un tiempo muerto. Lucca Staiger ayudó a maquillar el resultado en los últimos minutos. La diferencia al final fue de 23 puntos y el resultado, un claro 95-72.