El Real Madrid pagó hoy cara su pésima puesta en escena en Moscú y sucumbió ante un CSKA que, aunque llegó a ganar de 26 puntos, tuvo que sufrir para abortar la reacción de un rival que no se dio por vencido y llegó a soñar con el triunfo en el último cuarto (93-87).
Ante el líder sólido de la Euroliga, el equipo de un Pablo Laso que hoy cumplía quinientos partidos en el banquillo blanco, mostró dos caras muy diferentes y acabó cayendo en una pista en la que no gana desde hace una década.
Y el origen de la derrota estuvo esta vez en un primer cuarto para olvidar en el que ofreció su peor versión y se vio desbordado de principio a fin por un CSKA que, bajo la batuta de Sergio Rodríguez, no encontraba oposición en la frágil defensa de un quinteto desordenado atrás y sin ideas en ataque.
15-0 en contra
Con un parcial en contra de 15-0, Pablo Laso tuvo que recurrir a Luka Doncic a los cuatro minutos para intentar frenar la apisonadora rusa, taponar una sangría que cada vez era mayor e imprimir algo de orden en sus acometidas al aro rival, en las que se abusaba del triple y la selección de tiro era muy mejorable.
Aunque todo siguió igual hasta el final de unos primeros diez minutos que terminaron con muy malas sensaciones, con los siete rebotes de Tavares como único elemento positivo y con un preocupante 33-11 en el marcador. En el segundo cuarto, al menos el Real Madrid logró reducir la producción ofensiva de los de Dimitri Itoudis.
Las defensas se imponían a los ataques y tan solo había igualdad en los rebotes. La irrupción de otro exmadridista, Othello Hunter, con siete puntos consecutivos, volvió a encender las alarmas en el banquillo blanco y, pese a la respuesta de Jaycee Carroll antes del descanso, la desventaja seguía pesando como un losa (54-31, min 20).
La reacción blanca llegó tras el paso por vestuarios. El sacrificio colectivo atrás, con Tavares imponiendo su ley, y la aparición de Doncic y Campazzo en ataque permitió incluso soñar con el milagro.
Final con remontada inerte
De perder por 26, los madridistas pasaron a estar catorce abajo con trece minutos y medio por delante, aunque los locales, a base de calidad y acierto, templaron los nervios y fueron capaces de llegar a los últimos diez minutos con medio partido en el bolsillo (78-60).
Pero el Real Madrid no se rindió y, tras varios robos que permitieron meter una velocidad más a sus ataques, logró sellar su aro durante cinco minutos que se tradujeron en un prometedor 0-10 que le situó ocho abajo (78-70).
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Eso fue lo máximo que pudo acercarse a un oponente que ya no permitió más concesiones y ante el que, al menos, el Madrid pudo salvar el 'basketaverage' particular gracias a su superioridad en la segunda parte.