El Real Madrid jugará la 'Final Four' de la Euroliga después de superar al Panathianikos en el cuarto partido de cuartos de final (89-82) gracias a una sensacional actuación de Gustavo Ayón, Luka Doncic, autor de 14 puntos y un triple decisivo, y del 'increíble' Llull, que dinamitó el partido antes del descanso.
El conjuto de Pablo Laso ya está entre los cuatro elegidos del 'Viejo Continente', el póquer de privilegiados que peleará por el centro europeo en Belgrado dentro de dos semanas. El conjunto blanco lo certificó este viernes con una exhibición que hizo las delicias del Palacio de los Deportes. Todo salió a la perfección a excepción del cortocircuito en el último asalto.
Será la quinta 'Final Four' para los madridistas, que desde la llegada de Laso en 2011 han vuelto a instalarse en la dinastía de los poderosos. Una condición que se ha ganado a pulso, sobre todo esta temporada tras haberse impuesto a lesiones, contratiempos y derrotas sobre la bocina. A todo eso también se impuso el Real Madrid.
La noche comenzó con el trabajo de Rudy Fernández, silencioso y productivo, y con los rebotes del 'Titán' Ayón. El mexicano fue la gran referencia bajo los aros y, además, aportó hasta 10 de sus 12 puntos en el primer cuarto para comenzar el sometimiento del combinado heleno. Mike James, muy fino desde el perímetro, impidió las primeras ventajas locales.
Pero tanto buscó las cosquillas de su rival, que las terminó encontrando. Lo hizo con la inspiración de Ayón, pero también con dos triples consecutivos de Llull y con la aparición estelar de Jaycee Caroll. El de Wyoming sacó brilló a su metralleta y no perdonó en su primer lanzamiento desde la línea de 6,75.
Su presencia dio más aire al Real Madrid y acabó por machacar a los de Xavi Pascual, cuya versión siempre estuvo muy lejos del nivel ofrecido en el duelo inicial de la serie. El marcador al descanso (51-35) anunciaba un final feliz para los blancos, que hasta ese momento solo habían errado un tiro de 16 intentos en un segundo cuarto para enmarcar.
En los dos asaltos finales, el equipo griego intentó sacar la cabeza con Singleton y Lojeski, de lo mejor en cuanto anotación, pero a cada respuesta del PAO llegaba un triple del Madrid. Si no era Llull era Carroll, y si no se apuntaba Thompkins a la fiesta. Los gestos del banquillo heleno fueron un espejo del alma. La victoria se iba a quedar en la capital de España.
Y lo hizo, pero con más suspense del que le hubiese gustado al Real Madrid. Un parcial de 2-12 a favor del Panathianikos -con Calathes como líder- encogió al Palacio y retrasó la celebración del madridismo pese a su jugosa renta de 18 puntos al comienzo del último cuarto. Los atenienses perdieron la fe cuando más cerca tuvieron el susto (82-77).
Doncic fue el culpable con un triple al cristal que mandó al traste cualquier ilusión de los griegos. Para colmo, Llull completó el partido soñado -11 puntos y 7 asistencias- dando la sensación de que no llevaba nueve meses en el dique seco. El menorquín insufló grandes dosis de confianza a sus compañeros.
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De esta forma, el Real Madrid cerró el triunfo con menos comodidad de la esperada, pero mucho más de hubieran imaginado hace apenas dos semanas. Los de Laso, que jugarán su quinta 'Final Four' en siete años, se citaron con el CSKA Moscú en el primer envite de Belgrado, que se disputa del 18 al 20 de mayo.