El Valencia Basket cumplió el sueño de su vida y se proclamó campeón de la Liga ACB al derrotar al Real Madrid por 87-76 en el cuarto encuentro de la final, en el que arrolló al equipo blanco en el segundo cuarto y tuvo la madurez suficiente para resistir el largo asedio de su rival que le obligó a sufrir para convertirse en un grande del baloncesto español.
Pese a la histórica oportunidad que tenía delante, el Valencia inició el choque con relativa calma. Y eso que el Real Madrid protagonizó una solvente puesta en escena con su cinco inicial reforzado con la presencia de Reyes y Taylor. Pero la presencia de San Emeterio, el trabajo de Sikma, las asistencias de Dubljevic y los puntos de Sastre le permitieron hacerse con la primera renta (17-14).
Pero el Madrid no se vino abajo, el despliegue físico de Gustavo Ayón le permitió aguantar el tirón de los locales pero cuando el mejicano y Reyes, la batalla por el rebote acabó de desnivelarse del lado valenciano y los triples de Will Thomas y Rafa Martínez encendieron la Fonteta (39-23).
Trató Pablo Laso de recomponer su equipo con un triple cambio para recuperar a buena parte de sus titulares pero el Real Madrid estaba absolutamente desquiciado. Errático en el tiro, desaparecido en el rebote ofensivo e incapaz de frenar las transiciones de un Valencia al que desató Guillén Vives hasta lanzarle a los veinte puntos de ventaja (43-23). Llull trató de poner en pie a su equipo a base de garra pero, más preocupado de protestar a unos colegiados que les dejaron hacerlo, el Real Madrid perdió unos minutos preciosos para su remontada y apenas pudo recortar tres puntos (48-31).
Cinco puntos seguidos de Joan Sastre, un mate y un triple, abrieron el tercer cuarto y desactivaron la presumible salida en tromba del Madrid, que trató de endurecer su defensa pero que, falto de costumbre, le costó hacerlo sin faltas, lo que volvió a enfrentarle con los árbitros. Cuando trató de cambiar el ritmo de los locales con una defensa zonal, un triple de Diot y un par de tiros libres de Rafa Martínez y San Emeterio permitieron al Valencia dejar correr el tiempo. Pero se fue poniendo nervioso al no conseguir leer la defensa y ver cómo Llull aceleró para estrechar la ventaja de los locales que se obcecaron en tirar de tres (67-56).
La tenacidad del conjunto madrileño tuvo su premio y pese a que Sikma empezó a desentrañar la zona visitante, el menorquín rebajó la barrera de los diez puntos y el Madrid entró en el tramo final con sus opciones casi intactas. Pero el Valencia no se vino abajo.
Un triple de Romain Sato y los rebotes de Sikma y Dubljevic dieron vida a los locales y un palmeo del centroafricano hizo enloquecer a la Fonteta. El Madrid no dejó de buscarlo pero los locales no perdieron la calma hasta que al final un mate de Sastre cerró la final y puso una preciosa rúbrica a un día histórico.