Once futbolistas de equipos españoles han sido en el último año víctimas de robo en sus casas, asaltadas mientras jugaban un partido. Un goloso "negocio" para los cacos que consiguen huir con su preciado botín: joyas y relojes valorados hasta en 500.000 euros, como ha trascendido en algún caso.

En este particular equipo de once hay tres víctimas que militan en el Barcelona, otras tres en el Valencia, dos en el Betis, una en el Real Madrid, otra en el Villarreal y otra en el Atlético de Madrid (la última que ha trascendido).

Seguramente serán más de once las viviendas de jugadores asaltadas en los últimos doce meses, pero no todos los casos salen a la luz. La mayoría de los que se han conocido tienen en común la ausencia del futbolista en el momento del robo, bien porque se encontraba disputando un partido o concentrado.

A pesar de que en el "modus operandi" de los ladrones hay coincidencias, como por ejemplo la de elegir el momento del partido para entrar en la casa o acceder a ella por el método del escalo, los investigadores no creen que se trate de una única banda. Viviendas de lujo muchas de ellas, ubicadas en exquisitas urbanizaciones vigiladas y casi blindadas, las casas de los futbolistas mejor pagados parece que son una tentación a la que los delincuentes no pueden resistirse.

Porque a tenor del contenido del botín -cuando ha trascendido, claro-, en su interior guardan objetos de gran valor. Y en su exterior, coches a los que el común de los mortales nunca podrá aspirar.

Ya a finales de 2016 saltó a los medios que el exjugador Luis Figo, que vistió la camiseta blaugrana primero y la blanca después, había sufrido un robo en la vivienda que tenía en la zona del Parque del Conde de Orgaz de la capital de España. Era la segunda vez que le robaban, aunque en la primera, en 2003, la Policía recuperó los objetos sustraídos y detuvo a los ladrones.

En el suceso de 2016, desaparecieron joyas y relojes valorados en medio millón de euros. Centrados ya en el último año, en junio de 2018 la casa en Esplugues de Llobregat (Barcelona) de la pareja formada por el jugador del Barça Gerard Piqué y la cantante Shakira fue asaltada por una banda que meses después fue desarticulada por la policía. No estaba la pareja en casa, porque Shakira ofrecía un concierto, pero sí los padres del jugador, que estaban durmiendo.

Desde esa fecha y hasta hoy, los "malos" han entrado en las viviendas del también barcelonista Jordi Alba mientras estaba concentrado en Milán con su equipo (en noviembre de 2018) o en la de su compañero Kevin-Prince Boateng (en febrero pasado) justo el día en que el técnico decidió sacarle al césped como titular.

Unos 300.000 euros en joyas dice la prensa que se llevaron los ladrones de la casa de Boateng, además de dinero en efectivo. No trascendió el botín que ese mismo mes lograron los delincuentes en la vivienda de Karim Benzema mientras el jugador francés estaba en el estadio Santiago Bernabéu para disputar un "clásico".

Abril ha sido un mes negro para los futbolistas y lucrativo para los cacos. Los jugadores del Betis Joaquín Sánchez y William Carvalho no podían ni sospechar que mientras jugaban el derbi con el Sevilla, intentaron desvalijar sus casas de Mairena de Aljarafe y Camas.

Otro derbi se disputaba en esas mismas fechas: el del Valencia y el Villarreal. Y las casas de tres jugadores -Garay y Gabriel Paulista del primer equipo y de Funes Mori, del segundo- fueron objeto de deseo de los ladrones en ese momento.

Luego se supo que también ese día fueron sorprendidos los delincuentes en la casa del valencianista Geoffrey Kondogbia. Todo parece indicar que se trata de la misma banda, puesto que las viviendas están en la misma urbanización. La última víctima que se sepa ha sido el jugador del Atlético de Madrid Álvaro Morata.

Relojes y joyas se llevaron de su casa el viernes pasado cuando se disputaba el partido entre España y las Islas Feroe. Morata era uno de los convocados.

En un repaso por la base de datos puede comprobarse que jugadores en otros países han sufrido robos, como el chileno Mauricio Pinilla (1,8 millones de dólares en objetos de valor), el brasileño Firmino en Londres o el futbolista del Boca Junior Carlos Tévez, a cuya casa entraron cuando celebraba su propia boda. Relojes y joyas desaparecieron de la casa del brasileño Ronaldinho en Italia, pero tuvo suerte porque los ladrones no se llevaron su Balón de Oro.

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