El Barcelona, al igual que los otros equipos españoles, no ha tenido suerte en el sorteo de octavos, su rival será un viejo conocido en esta competición, el Chelsea de Antonio Conte, en el que militan ex jugadores del conjunto azulgrana como Cesc Fábregas y Pedro Rodríguez, y otros jugadores españoles como César Azpilicueta, Marcos Alonso y el ex madridista Álvaro Morata, la referencia ofensiva junto a la magia del belga Eden Hazard.
El cuadro de Ernesto Valverde jugará la vuelta en casa y la ida en Stamford Bridge, escenario de buen recuerdo para el barcelonismo con un gol postrero de Andrés Iniesta que le dio el pase a la final de la 'Champions' de 2009, o la diana de Ronaldinho en 2005, aunque hay otras confrontaciones que dejaron peor sabor de boca. Esta eliminatoria se está convirtiendo ya en un clásico de los últimos años.
El Chelsea hizo una fase de grupos un tanto irregular, tras ganar en el Wanda Metropolitano los londineses consiguieron empatar al Atlético de Madrid y colocarse como segundo del grupo por detrás del Atlético de Madrid con un total de 11 puntos y 16 goles a favor y ocho en contra. En Liga la situación es algo similar se encuentran terceros en la clasificación a 14 puntos del líder el City y tan solo a tres del Manchester United.
Spanish Chelsea
En este Chelsea militan muchos viejos conocidos para el Barcelona como Cesc o Pedro pero también conocidos por la afición española como Azpilicueta, Marcos Alonso y Morata, todos jugadores de peso dentro del club.
El Chelsea juega con un 3-4-3 con tres defensas veloces como son Azpilicueta a modo de lateral, con Cahill en la otra banda y en el centro de la defensa u nombre que se ha hecho con el puesto, Andreas Christensen.
En el mediocentro están Kanté y Bakayoko como medios más retrasados recuperando balones acompañado por Fábregas más adelantado creando juego. En las bandas está dos balas, Moses y Zappacosta que ha llevado al banquillo a un gran jugador como Willian. Y en punto buscando el gol, uno de los referentes de la Premier, Álvaro Morata que tan solo lleva un gol en la Champions pero nueve en la Premier.
Sin duda uno de los rivales más difíciles que le podían tocar al Barcelona y que se volverá a ver las caras a principios de febrero.