El Basilea consiguió este miércoles tres puntos importantísimos para sus aspiraciones de superar la fase de grupos de la Liga de Campeones al derrotar por 0-2 al CSKA de Moscú en un partido en el que el marcador pudo haber sido más abultado. Para los dueños de casa, la pérdida de estos tres puntos complican sobremanera sus posibilidades de obtener el pase a octavos de final de la máxima competición europea de clubes.
Los dos equipos saltaron al campo más preocupados de defender que de atacar la portería contraria, y los primero veinte minutos fueron de un juego trabado, sin fluidez ni posesiones largas. El CSKA intentaba presionaba muy arriba para no dejar salir a los suizos, pero no conseguía hacerse con el balón ni tampoco hilvanar jugadas para acercarse a la meta defendida por Vaclik.
Poco a poco, el Basilea comenzó a armarse en centro del campo, a imprimir velocidad a sus acciones y llegó el premio. Una pérdida del CSKA en el centro de campo provocó un rápido despliegue del cuadro visitante, que culminó de manera magistral el albanés Taulant Zhaka con un potente tiro cruzado desde fuera del área que hizo inútil la estirada de Akinfeev.
El gol del Basilea a falta un cuarto de hora para el descanso no sirvió para despertar los rusos, que tuvieron que aplicarse a fondo ante un adversario que comenzaba a crecerse. Para la segunda parte el técnico del CSKA, el bielorruso Víctor Goncharenko, modificó el esquema de juego con la entrada de Natscho por Ignashévich para intentar hacerse con la medular.
En el min.53, Ajeti se coló en la defensa rusa, marcó con un potente disparo y el árbitro, el holandés Bjorn Kuipers, señaló hacia el círculo central, pero luego, a indicación del juez de línea, anuló el tanto por fuera de juego. El CSKA adelantó sus líneas en busca del empate, con más entusiasmo que efectividad, dejando espacios para los contraataques del equipo suizo.
A quince minutos del final estuvo de caer el segundo del Basilea, que Akinfeev salvó en un mano a mano con el rapidísimo Oberlin, que llevaba poco más de diez minutos en el campo. El CSKA tuvo su oportunidad de empatar el partido dos minutos después, pero el cabezazo de Fernandes a portería vacía se marchó por encima del larguero.
Con el partido totalmente abierto, Oberlin tuvo dos ocasiones clarísimas para anotar que falló inexplicablemente. Pero cuando ya se cumplía el tiempo reglamentario el jugador suizo se sacó la espina y anotó, tras una escapada portentosa, el segundo gol de su equipo.
Su padre, indignado
Obligan a un niño de cinco años a quitarse la camiseta del Espanyol para poder entrar en el campo del Girona
"El bebé se ha tenido que quitar la camiseta del Espanyol porque dicen que con ella no puede entrar. Terriblemente peligroso. Pueden morir todos. Un niño de cinco años", se escucha decir a su padre.