Tocaba jugársela en la última jornada. No sólo tenía la cabeza en Londres el Atlético de Madrid, medio corazón estaba en Roma. Los deberes que no se hicieron en las jornadas anteriores tocaban remendarlos en una jornada en la que también dependían del Qarabag.
Para obrar el milagro, el Cholo optó por sus hombres de confianza, poniendo a Torres de inicio con Griezmann en busca del gol. En el Chelsea salieron los once jugadores casi habituales para Antonio Conte. Con este panorama y con la vista puesta en el Roma - Qarabag.
El Atleti comenzó llevando el peso del partido, manteniendo la posesión cerca del área del Chelsea. Sin embargo, no encontraba la manera de tirar a puerta. Era un dominio sin premio y, con el paso de los minutos, ese dominio se fue diluyendo.
Morata fue el jugador que lideró las internadas de los 'blues', incomodando a la defensa del Atlético de Madrid, sacando de sus casillas a todos con sus carreras y giros. Tenía entre ceja y ceja la portería de Oblak en todo momento.
Ante todas las internadas del Chelsea, se encontraban con un mismo obstáculo: Oblak. El portero esloveno firmó un partido memorable, con paradas que demuestran, un partido más, que está entre los mejores porteros del mundo sin ningún género de dudas.
En especial, sacó una mano por bajo a Zappacosta que bien pudo significar el 1-0. Hasta Conte celebró lo que pensó que era el gol de su equipo. Con poco más se llegó al descanso, con 0-0 en su partido y con 0-0 en su otro encuentro, el que jugaban en Roma.
En ese momento, el Atlético de Madrid estaba eliminado. El milagro todavía podía producirse, era algo que no iban a dejar de intentar, pero había que marcar gol, había que encender la chispa que provocase la explosión.
La segunda parte empezó con un jugadón impresionante de Hazard, que se fue de todos los jugadores del Atlético de Madrid que le salieron al paso. Fue el principio de una sucesión de ocasiones claras que no acabaron en gol por Oblak y por fortuna para los colchoneros.
Fue el guión contrario al de la primera mitad, comienzo con dominio del Chelsea y reacción del Atleti, que golpeó de la mejor manera posible. Gol de Saúl en un córner que prolongó a las mil maravillas Fernando Torres, dejándole un balón franco al centrocampista.
Era la respuesta a la peor noticia que pudieron recibir desde Roma, con el gol de Florenzi que ponía el 1-0 en el marcador y una losa sobre las ilusiones rojiblancas. Pese a ese gol, Saúl se golpeó con fuerza el pecho, se golpeó con fuerza el escudo, todavía era posible el milagro, todavía se podía creer en el pase.
Tras el gol, el Atleti se echó atrás ante las internadas de los 'blues', que buscaban el gol que les diese la primera posición del grupo. No podían estar más cosas en juego. Sin embargo, en el momento clave, el balón se coló en la portería de Oblak.
Hazard se metió por la banda del Atleti, filtró un balón envenenado que Savic metió en su portería. Un auténtico mazazo que obligaba a los rojiblancos a marcar y a ganar para estar ahí en caso de un gol del Qarabag.
Los minutos pasaban y no llegaban goles en ninguno de los dos partidos, hubo intentos, como el de Griezmann que no llegó a un balón centrado por falta de fe, pero ninguno suficientemente serio como para cambiar el marcador.
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Al final, el Atlético de Madrid se quedó fuera de la Champions League. Ni ganaron su partido en Londres ni el Qarabag fue capaz de sacar algo en el campo de la Roma. Los de Simeone se tendrán que conformar con disputar la Europa League tras un partido en el que se podrán analizar muchos momentos, pero en el que no se podrá achacar al Atlético de Madrid el no dejar de creer.