David Silva se sincera en una entrevista con 'The Sun' y cuenta cómo ha vivido la situación más dura de su vida, las complicaciones que surgieron al nacer su hijo Mateo con sólo 25 semanas.
Un caso de nacimiento prematuro extremo que provocó la ausencia de Silva durante varias semanas, ya que le era imposible estar completamente concentrado en su profesión al preguntarse día a día qué ocurrirá: "Cuando vuelves al vestuario y miras al móvil, te preguntas: '¿Qué estará pasando? ¿Está mejorando? ¿Qué va a pasar?'".
El centrocampista explica que "estaba muerto de miedo": "Fueron los meses más complicados de mi vida. Vine a España y hablé con los médicos, tenían respuestas diferentes, no sabíamos qué iba a pasar. No puedes concentrarte por completo en tu trabajo cuando tienes un problema así".
La entrevista acaba con un toque de optimismo por parte del jugador canario que intenta ser fuerte por su hijo y su mujer: "Si tengo algún problema, cuando me siento deprimido, miro el tatuaje de mi brazo: 'Nunca rendirse'".
Afortunadamente, la evolución de su hijo es favorable y esto es un gran aliciente para Silva: "Gracias a Dios todo está bien ahora. Ha cambiado mi forma de pensar mucho en la vida. Ahora mi prioridad ha cambiado completamente hacia mi vida familiar". "Estoy muy feliz y estaré 100% listo para la nueva temporada", asegura.