La UD Las Palmas, que ha cerrado con cinco derrotas consecutivas la etapa de Quique Setién en el banquillo, ha permitido que el Deportivo se diera una alegría (3-0) delante de sus aficionados después de haber sellado la permanencia en LaLiga en la penúltima jornada.
Nada había en juego en el césped de Riazor y la disputa se trasladó primero a la grada, donde los Riazor Blues entonaron cánticos críticos hacia jugadores y directiva del Deportivo que, lejos de ser secundados por el resto del público, obtuvieron silbidos como respuesta antes de que los ultras abandonaran el campo a la media hora. Para cuando decidieron salir del estadio, el Deportivo ya había anotado dos goles (ambos del rumano Florin Andone) en un encuentro plácido y estaba a punto de marcar el tercero.
Las Palmas, que quiso el balón, se dejó ir una vez más en la recta final de temporada, que despide con cinco derrotas seguidas, todas, salvo ante el Sporting de Gijón (1-0), con goleada en contra. En Riazor tardó cuatro minutos en encajar el primero del partido tras un robo del brasileño Guilherme dos Santos que aprovechó el máximo goleador del Deportivo para convertir ante Raúl Lizoain con un disparo cruzado. El delantero rumano se llevó las dos manos a las orejas en su celebración como respuesta a los cánticos del fondo de los Riazor Blues, aunque en el lado contrario del campo.
Con ese ambiente enrarecido en la grada, Las Palmas probó al debutante Davy Roef con un disparo desde la frontal que el portero belga despejó a córner en su primer y último partido como blanquiazul. Las Palmas tenía el balón y el Deportivo, la pegada. Antes de la media hora, Andone burló a la zaga canaria con un autopase y firmó el segundo tanto. El equipo canario falló en su intento de responder al Deportivo en un mano a mano que Aythami, ex del conjunto coruñés, envió alto en su regreso al estadio de Riazor.
Los jugadores de Pepe Mel, liberados de la presión de la permanencia, se soltaron y dejaron resuelto el encuentro antes del descanso con el tercero de la tarde, obra de Carles Gil, que agradeció un regalo de Lizoain y la zaga insular para estrenar su cuenta goleadora con el Deportivo antes de regresar al Aston Villa inglés. Los cambios de Setién en la segunda parte apenas alteraron el guión del partido, con el esférico en poder de la Unión Deportiva y los locales esperando alguna contra para ampliar su cuenta.
Andone, algo egoísta en el área, no pudo firmar su triplete a pesar de disponer de ocasiones para hacerlo. Los canarios trataron de anotar al menos el gol del honor, pero ahí apareció Roef, empeñado en salir del Deportivo con su portería a cero a pesar de los intentos de Jonathan Viera en faltas frontales y en un disparo de Roque Mesa que desvió a córner.
Riazor acabó haciendo la ola para poner el broche a una temporada con números pobres, pero con el objetivo de la permanencia conseguido, algo fundamental para su salud económica.